Industria
El campo español redobla su apuesta por una producción baja en emisiones
- La innovación tecnológica y la economía circular marcan el futuro del campo
Pablo Martinez Marrón
La sostenibilidad ha dejado de ser un objetivo a largo plazo para convertirse en una condición innegociable en el presente del sector agroalimentario y, sobre todo, una oportunidad para transformar de raíz la producción en origen, la logística, la industria y el consumo. Así lo manifestaron los participantes de la segunda mesa de debate celebrada en el Foro Agroalimentario organizado por elEconomista.es, centrada en la producción sostenible y la seguridad alimentaria. Todos ellos coincidieron en que la agricultura del futuro -y del presente- debe ser más eficiente, más inteligente y más cercana, sin perder de vista su papel estratégico en la seguridad alimentaria de Europa.
El debate arrancó con un recordatorio contundente: según datos de la FAO, la agricultura es responsable del 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero y del consumo del 70% de agua a nivel mundial, por lo que avanzar hacia una producción sostenible no es solo una cuestión ética, sino una necesidad. Héctor Benito, director de Proyectos y Sostenibilidad del Grupo Carreras, subrayó que garantizar una cadena de suministro segura y eficiente implica aplicar una visión integral que combine la digitalización de procesos, la eficiencia energética, la trazabilidad en la logística y la cooperación entre todos los eslabones de la cadena.
Héctor Benito (Grupo Carreras): "El mensaje es claro: la sostenibilidad es sinónimo de innovación"
Desde el ámbito logístico, Benito explicó cómo han reorientado sus procesos internos para que la sostenibilidad sea una palanca de innovación. "Tenemos que ser capaces de gestionar las emisiones de una forma más eficiente. Hemos aprendido de muchos de nuestros clientes y de las industrias para reinventar las empresas, intentando que la sostenibilidad varíe y se transforme en innovación. Nosotros hemos reanalizado todos nuestros procesos para ser más competitivos y eficientes. Para nosotros la estructura de costes es muy importante, por lo que el mensaje es claro: sostenibilidad es sinónimo de innovación", afirmó.
En ese mismo camino continuó Eduardo Cembrano, director de Industria y Energía del Grupo Circe, presentando como ejemplo el proyecto Fertcafé, una iniciativa que reutiliza los posos del café procedentes de máquinas de vending para producir biofertilizantes. "Es un caso claro de economía circular donde varios agentes del sector se han puesto de acuerdo para dar valor a un residuo con el que no se sabía bien qué hacer con él", explicó. A su juicio, más que una barrera tecnológica, lo que hoy en día falta es accesibilidad y cultura para extender estas soluciones a todo el tejido agroindustrial.
Eduardo Cembrano (Grupo Circe): "Más que una barrera tecnológica, lo que hoy en día falta es accesibilidad y cultura"
En paralelo, también se puso el foco en el biometano como solución para cerrar el ciclo de los residuos agrícolas con valorización energética y en la necesidad de equilibrar las exigencias normativas con la mejora de la competitividad. "Las tecnologías ya existen, ahora hay que aplicarlas y demostrar que funcionan", defendió Cembrano.
Una de las experiencias más avanzadas en este sentido es la del Grupo Costa. Su directora de I+D+i, Alba García, expuso el ambicioso proyecto que están desarrollando en Fraga (Huesca), donde llevarán a cabo la construcción de un centro de producción de heparina y otros productos de alto valor tecnológico a partir de mucosa intestinal porcina. "El objetivo es autoabastecer las necesidades del país, pero también generar empleo cualificado en el territorio. Es una nueva realidad para Huesca", explicó.
García también subrayó la importancia de destacar el compromiso del grupo por el reto ambiental. En ese sentido recalcó las cifras de la primera infraestructura urbanística en el país que contará con el sello BREEAM, un procedimiento de evaluación y certificación de la sostenibilidad, unido a infraestructura y arquitectura, "una apuesta importante pensada y diseñada para conseguir más de un 60% de reducciones de CO2 y desde su origen con energía de autoconsumo", afirmó.
Alba García (Grupo Costa): "El foco siempre lo ponemos en el animal mejor criado, porque repercute en la competitividad"
"Desde Grupo Costa cuidamos y criamos animales. Observamos ese bienestar animal desde una óptica lo más completa posible: salud, alimentación, alojamiento… pero también desde el comportamiento. Fuimos pioneros en tener la certificación Welfair, el sello de bienestar animal más exigente en el mundo, no solo en las granjas sino en los centros de transformación y elaborados. La sostenibilidad es innovación y el animal mejor criado repercute en la competitividad", concluyó la directora.
La mesa también abordó el papel del consumidor en este proceso. Belén Almudévar, directora adjunta de Agropal, puso el acento en la necesidad de fomentar el consumo de proximidad. "Habría que decirle al consumidor de dónde procede lo que va a comprar porque igual se lo piensa y decide apostar por la proximidad, como ocurre, por ejemplo, en Francia." Por otro lado, Almudévar también explicó que la adaptación al cambio climático exige cambios estructurales en el campo: nuevos calendarios de siembra y cosecha, variedades genéticas adaptadas, agricultura de precisión, tecnificar el riego y diversificar los cultivos, sin olvidar la contratación de buenos seguros agrarios. "Hay que irse adaptando poco a poco mediante innovaciones, porque el cambio climático es una realidad", añadió.
Belén Almudévar (Agropal): "Hay que adaptarse mediante innovaciones, porque el cambio climático es una realidad"
Para terminar su intervención, ensalzó el papel de la tecnología como aliada clave en todos los eslabones de la cadena. "Trabajamos ya con inteligencia artificial y big data para estudiar los índices de conversión de los animales, reutilizar el pudin -mezclado pastoso de residuos orgánicos- que generamos para la agricultura… La clave está en saber complementar y ayudarnos entre todos. Incluso desde los más pequeños, educarles en valores para que sepan de dónde vienen los productos de la mesa, que se trabaja siempre con mucha calidad y que no deben desperdiciar los alimentos."
La tecnología también está revolucionando la forma de entender el trabajo en el campo. Juan Manuel Castell, gerente del clúster CAMPAG, destacó la importancia de incorporar sensores y sistemas inteligentes directamente en la maquinaria agrícola. "El reto es facilitar la recogida de datos de suelo y cultivo de forma sencilla, para no complicar la vida del agricultor. Necesitamos maquinaria que trabaje e informe al mismo tiempo", explicó. Castell defendió que estos avances deben ser accesibles para todos, no solo para las grandes empresas. "Hay que tener en cuenta diferentes agriculturas, diferentes zonas, diferentes análisis, diferente producción… hay que saber computar estos análisis de ciclos de vida para mejorar. Todos estos proyectos faro son casos de éxito para la agricultura en el resto de España", señaló.
Juan Manuel Castell (CAMPAG): "Igual que hay que reciclar, hay que adecuar el consumo que hacemos de comida"
Más allá del marco tecnológico, volvió a coincidir en la importancia de formar y educar desde edades tempranas en el valor del origen y del esfuerzo detrás de cada alimento. "Al final el reto está en cada casa, a nivel individual. Igual que hay que reciclar, hay que adecuar el consumo que hacemos de comida. Desde las empresas lo que podemos hacer es tratar de ser ingeniosos con productos que mejoran, divulgan y educan, pero al final es la sociedad, el gobierno y las administraciones las que tienen que enfocar a la gente por ese camino", concluyó Castell.
En definitiva, el sector agroalimentario ha demostrado estar comprometido con una transformación estructural que no puede demorarse. Pero, para que esta transición sea efectiva, debe abordarse con visión de cadena, combinando tecnología, una regulación estable y el reconocimiento del papel esencial del productor. Con innovación, cooperación y un enfoque centrado en el valor y no solo en el volumen, el agro español puede consolidar su liderazgo en Europa y afrontar los retos globales del presente y del futuro.