Industria

La empresa de defensa Alfariver, la 'nueva' SDLE, se alía con el gigante checo CSG en pleno rearme

  • Firmará este lunes en FEINDEF un contrato para el mantenimiento de los equipos
Vehículo blindado Pandur

Ángela Poves

La empresa de defensa española Alfariver, que es la 'nueva' Star Defence Logistics & Engineering (SDLE), se alía al gigante checo CSG en pleno rearme europeo. La firma de Europa del Este, que se llegó a postular también en la compra del fabricante Talgo el pasado mes de febrero, firmará un contrato con la empresa militar en la principal feria de defensa nacional, Feindef, que comenzará este lunes, según fuentes consultadas por este periódico. El contrato responde a una prestación de servicios para el mantenimiento de los equipos y la actualización de vehículos de la compañía checa.

La compañía CSG –propiedad además de Michal Strnad, uno de los hombres con más fortuna del continente europeo– no solo es la principal compañía militar de Chequia, sino que también es actualmente la armamentística de mayor crecimiento en Europa. En 2024, la firma duplicó sus ingresos hasta alcanzar los 4.000 millones de euros. Crecimiento que se debe, en gran medida, a la guerra de Ucrania, pues solo en un año cuadriplicó las ventas al país eslavo hasta los 1.700 millones de euros.

Entre los productos que fabrica y comercializa destacan la producción de equipos de telecomunicaciones, munición, componentes para aeronaves y el desarrollo del nuevo Pandur 8x8, un vehículo de combate de infantería rodado equivalente al Dragón español –fabricado por el consorcio Tess Defence–.

La firma, que tiene en Praga su centro de operaciones, opera actualmente como un 'holding' formado por un centenar de empresas y más de 14.000 trabajadores, y tiene presencia en Eslovaquia, Italia, Estados Unidos, Reino Unido o, incluso, España tras la adquisición en 2020 de la Fábrica de Municiones de Granada (FMG).

La 'nueva' SDLE

La firma Alfariver, a diferencia de los resultados de la compañía checa, registró pérdidas de casi 600.000 de euros en el último ejercicio, pese a que aumentó en un 32% su facturación anual hasta los 54 millones de euros, de acuerdo con los últimos datos disponibles en el Registro Mercantil, correspondientes a 2023.

Las pérdidas, según dicen fuentes del sector, pueden deberse a la mala reputación que arrastró la compañía después de que sus propietarios iniciales, los hermanos Estrella-Río, acabaran investigados en la Audiencia Nacional–incluso en la cárcel– por la venta de material de doble uso a un grupo paramilitar de Libia. Algo que está prohibido por las sanciones que afronta el país de Oriente Medio.

En paralelo, SDLE fue sancionada junto a otras tres empresas por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) con 6,5 millones de euros por repartirse licitaciones del Ministerio de Defensa a través de dos cárteles. Contratos que, además, estaban relacionados con la modernización de vehículos militares entre enero de 2016 y junio de 2021.

Ante esta situación y la imposibilidad de contratar con el Ministerio de Defensa, la firma militar se vio en la obligación de vender la compañía a finales del mes de octubre del pasado año. La venta se produjo por un total de 30 millones de euros y tuvo como compradores a Jorge Quesada, especializado en empresas tecnológicas, y Natalia Tellería, experimentada en el ámbito energético. Los nuevos propietarios, que esperan definir nuevas líneas de negocio –de ahí su alianza con el grupo militar checho– han pasado a denominar la compañía Alfariver. Algo que, según fuentes del sector, se debe a un "cambio de imagen", aunque la firma conserva las plantas industriales de la antigua SDLE.

La 'nueva' compañía cuenta con 200 empleados y, entre sus principales productos, destacan soluciones de comunicaciones 5G+, vehículos de combate, y hasta drones acuáticos con capacidad para alrededor de 300 kilos de explosivos. La firma tiene, de hecho, experiencia en reparación, mantenimiento y modernización de vehículos blindados y es especialista, según figura en su propia página web, en diseño de sistemas de vehículos de ruedas y cadenas, de sistemas de armas, modernización de sistemas del Ejército e, incluso, en el diseño y fabricación de aeronaves no tripuladas.

Más allá de la historia de la compañía, la firma militar española se puede ver beneficiada por su alianza con el gigante checo en un escenario en el que prima el rearme europeo y en el que la industria de defensa está tomando sus posiciones ante la posible fusión de la tecnológica Indra con la empresa militar Escribano.