Industria

El dueño de Sargadelos insiste en el cierre de la fábrica de Cervo ante la incapacidad de aplicar la normativa

El dueño de Sargadelos, Segismundo García.

Ruth Lodeiro
Galicia,

El dueño de Sargadelos, Segismundo García, ha criticado a los sindicatos que este martes se reunieron con la Inspección de Trabajo para abordar el expediente abierto a la fábrica de Cervo (Lugo) por deficiencias en materia de seguridad laboral. El empresario dice que esta representación sindical "suplanta e interpreta (a su manera) el sentir de los trabajadores de esta compañía", dijo.

Con ello se refiere al hecho de que la factoría carece de representación sindical, si bien responsables de CC.OO., UGT y CIG acudieron a la planta y asesoraron a los trabajadores durante los días que duró el pulso que mantuvo García con la Inspección y que supuso que durante varios días la plantilla de producción no pudiese acceder a sus puestos de trabajo y permaneciese a las puertas durante toda su jornada laboral.

Un nuevo pulso que retoma este miércoles en un escrito remitido por burofax a Trabajo en el que García vuelve a pedir el cierre de la factoría al declararse "incapaz de aplicar toda la normativa vigente", dice, pese a que la Inspección de Trabajo confirmó a los sindicatos que habrá flexibilidad con las reformas en zonas BIC de Sargadelos.

El expediente abierto de seguridad detectó en la última revisión 36 deficiencias. En este caso, las actuaciones tendrán que estar acometidas en seis meses, pero a contar a partir del momento en que cuenten con la autorización del departamento de Patrimonio de la Xunta.

Las últimas elecciones sindicales en la fábrica de Cervo se celebraron en 2017 y supusieron la elección de tres delegados -la plantilla por entonces era inferior a 50 personas-, de los que ninguno ejerce como tal en la actualidad. A día de hoy correspondería un comité compuesto por cinco personas, ya que superan el centenar de empleados.

Con anterioridad a esos comicios sí había un comité que estaba presidido por una representante de UGT, Rogelia Mariña, que fue revocada por sus propios compañeros en medio de una serie de despidos ejecutados por Segismundo García. Ella misma fue despedida por la empresa y finalmente readmitida por sentencia judicial.

Burocracia

Más allá de estas afirmaciones, García también se refiere a los hechos que motivaron la apertura de un expediente a la fábrica que dirige, un expediente que le obliga a introducir mejoras en materia de seguridad laboral en el plazo de seis meses "para la mayoría de requisitos", si bien algunas son de aplicación "inmediata", como las mascarillas.

La Xunta fue la que medió con este empresario durante el conflicto, a través del conselleiro de Emprego, José González, con quien llegó a un acuerdo que sindicatos tildan de "fantasmagórico" puesto que solo ha trascendido que implica la realización de un estudio, pero sin fechas ni actuaciones concretas.

El empresario insiste en que "si es verdad lo que manifiesta la eficacísima Inspección, y en esta industria se causan daños a la salud de los trabajadores, lo correcto y obligado es proceder al cierre de la planta de producción". Dos trabajadoras desarrollaron silicosis en la factoría, lo que implicó la apertura del expediente laboral.

"Solicitamos pues dicha clausura a esa honorabilísima Inspección", prosigue el escrito. En este sentido, asegura sentirse "incapaz de aplicar toda la normativa vigente" pero añade que "mucho menos quiere perjudicar la salud de sus empleados". "Por lo que, si esa diligentísima Inspección está convencida de su proceder, debe proceder en consecuencia", incide.

Y precisa además que esta petición de "clausura" busca también "el fin de evitar la burocracia y papeleo del cese de actividad". Tras comentar que Sargadelos "atravesaba años de paz social y prosperidad", se define a sí mismo como un "adinerado patrón" y dice verse "obligado" a someterse a una intervención quirúrgica este mismo miércoles "por exceso de tensión ocular".

Ironiza, en este extremo, con que "es posible que tal mal también proceda" de la "exposición al polvo de sílice" -el elemento cancerígeno que ha provocado silicosis a dos de sus trabajadoras- y agrega que "con anterioridad" él mismo contrajo lesiones pulmonares y cardíacas. "A buen seguro fruto de la insistencia en recuperar y potenciar la firma. Lo cual también se denuncia a los efectos oportunos", termina.