Las exportaciones tiran del conservero cuya producción creció un 0,3 por ciento en 2023 hasta las 306.350 toneladas
- España es el mayor exportador de la UE, y el segundo país a nivel mundial detrás de Tailandia
Ruth Lodeiro
Galicia,
Parece que se abre un nuevo ciclo de crecimiento para el sector conservero español. Tras dos años muy complicados, con subidas de precios en materias primas por la inflación y la caída del consumo, parece que el subsector de conservas de pescado se mantiene, durante 2024, como una de las pocas excepciones dentro del sector de la pesca que está incrementando su facturación.
Esta tendencia se ve reflejada en el Informe Sectorial de Solunion sobre la conserva de pescados y mariscos, que destaca varios aspectos clave en este mes de noviembre. El estudio apunta a que España es el mayor exportador de la UE, y el 2º a nivel mundial tras Tailandia. Es más, su ranking se sitúa en el top 5 a nivel mundial.
Incluso, la marca blanca o marca del distribuidor (MDD) representa ya casi el 80% del total del consumo en nuestro país. Con todo, no hay que olvidar que los elevados precios de la materia prima y el cambio en el hábito de consumo han provocado un acusado descenso en el consumo de pescado en España.
A pesar de este descenso en el consumo, la producción conservera creció un 0,3% en 2023, superando así las 306.350 toneladas y con un 7.8% más en volumen, lo que prever leves crecimientos en 2024 y 2025. Esta recuperación pone el foco en la internacionalización, consolidando como principales destinos de las exportaciones, Francia, Italia, Portugal, Países Bajos y Alemania.
Pero también conquistando nuevos destinos muy atractivos como Estados Unidos, Sudamérica y Asia, que cuentan con un gran potencial de crecimiento. El aumento del valor añadido de los productos es otra de las soluciones clave para impulsar las compañías del sector.
Los túnidos a la cabeza
De todas las especies, los túnidos siguen siendo el motor del sector, representando el 70% del total de las conservas. En concreto, el atún, en sus distintas modalidades, es el principal producto comercializado, con más del 70% del total en valor, a mucha distancia de otros como los mejillones (7,4%) o las anchoas (5,8%).
También destaca la producción en valor de las empresas del sector que superó los 1.800 millones en 2023, con prácticamente el 60% de las firmas ubicadas en Galicia. Le siguen el País Vasco (7,23%), Andalucía (6,81%), Cataluña (5,53%) y Madrid (5,11%), según datos de la Asociación de Fabricantes de Conservas (Anfaco).
A nivel de empleabilidad, las empresas del sector dan trabajo a más de 25.000 personas de forma directa cuya estructura empresarial se caracteriza por ser muy polarizada, donde coexisten grandes multinacionales muy internacionalizadas, con un elevado número de pymes con una importante tradición a su espalda. Las grandes, que suponen el 18% del total, concentran el 75% de la cifra de negocios y el 65% del empleo.
En España, el subsector conservero logró crecer un 5% en 2020 en valor, por el efecto Covid, pero se vio impactado desde mediados del 2021 por la caída de la demanda, la subida de los costes y el descenso de las exportaciones. Desde finales del pasado año, apunta hacia la recuperación, con incrementos tanto en volumen como en valor, y con expectativas ligeramente optimistas para este año y el próximo.
Evolución de precios
El precio del atún se ha ido moderando en 2024 respecto a años anteriores, sobre todo en relación a 2023, cuando alcanzó los 2.000 dólares/tonelada, un 20% más que el precio registrado en junio de 2024 (1.600 dólares/tonelada). Una tendencia decreciente que se mantiene en los últimos meses.
El informe prevé que la caída de costes hará recuperar ligeramente los márgenes perdidos en los dos últimos años. Ello, unido al incremento en la exportación y a la exploración de nuevos mercados, permite ser optimistas y mejorar la rentabilidad de las compañías a corto plazo.
Tras la moderación de la inflación, tanto en España como en la UE, las perspectivas del sector parecen más positivas, datos que se están confirmando con la mayor producción de toneladas y el incremento de las exportaciones tanto en 2023 como en las previsiones para 2024.
Desde el sector creen que ayudan, también, algunas previsiones. Se refieren a una bajada en los costes de producción como consecuencia de la esperada caída del precio del aceite, como del resto de costes, que permitirán cierto alivio en los márgenes. Además, el cambio de hábitos de los consumidores, optando por marcas blancas frente a marcas de fabricante, se ha asentado, y no parece que se vayan a producir cambios en las pautas de consumo en el corto plazo.
Desafíos
Dentro de la estructura de costes del sector conservero, los más relevantes son los precios del aceite, de la materia prima y del acero. En este sentido, los precios se han moderado durante el 2024, lo que está permitiendo que las empresas mejoren sus márgenes y rentabilidad.
Por su parte, el sector afronta también una serie de desafíos, entre los que destacan la alta volatilidad de los precios de las materias primas, y el problema estructural de escasez de producto por el el cambio climático con una subida de la temperatura del mar, lo que provoca que el tamaño de las especies sea menor.
A mayores, hay que sumar modificaciones en la dinámica reproductiva de algunas especies por las alteraciones meteorológicas. En el caso de los túnidos, en los próximos años el aumento de la demanda de estos productos reducirá su talla en la captura comprometiendo su disponibilidad.