Industria
La crisis que sacude al 'motor olvidado' de España: el frenazo químico
- Tras una 'edad dorada' el sector químico está asediado por problemas
- Representa un 5,4% del PIB y un 14,4% de las exportaciones de España
- Su facturación ha caído un 6,8% y asume una "débil demanda"
Álvaro Moreno
Cuando se piensa en la economía española suele venir a la mente la imagen del turismo, la hostelería, la construcción o el sector automovilístico… Sin embargo, hay un grupo de empresas cuyo peso pasa bajo el radar, pero que se han posicionado como una de las industrias claves para España. El sector químico se ha consolidado desde la crisis financiera como un sector clave, con un crecimiento del 55% desde entonces y representando en la actualidad el 5,4% del PIB nacional. Además, los productos químicos están en el top 5 de las ventas al exterior, representando cerca del 14,4% de todas las exportaciones españolas.
Es por este motivo que se ha establecido una importante preocupación, uno de los motores más inadvertidos de la economía española está asediado por diversos problemas. A nivel mundial, el sector atraviesa una complicada crisis fruto de unos mayores costes, de la mano de un potente golpe en las ventas y una competencia en crecimiento. Los márgenes están viéndose ralentizados y, a pesar de que las firmas españolas están aguantando el pulso mejor que sus pares europeos, su facturación ya ha sufrido un golpe del 6,8%, con la producción cayendo un 10%. El problema es que después de este traspié, la industria no ve una recuperación a corto plazo, sino que teme que la crisis siga pesando.
Desde la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique) reconocen que han vivido un duro correctivo este año. "Ha habido un golpe muy fuerte en la demanda después de un potente aprovisionamiento en los años anteriores", explica en declaraciones a elEconomista.es Juan Antonio Labat, director general de la patronal. Al mismo tiempo, "al mantenerse altos los precios energéticos mientras esta demanda cae, no ha habido posibilidad de competir".
El sector químico viene de dos años de potente y sobrado crecimiento. A pesar de los problemas en la cadena de suministro y la inflación de 2021 y 2022, las empresas del sector tuvieron una mayor actividad, que se combinó con una subida generalizada de precios de venta. Según datos de Solunion en aquellos años los precios subieron un 15% y un 18,6%. Gracias, entre otras cosas, a esta capacidad de fijar el valor de sus productos, las ventas del sector alcanzaron cifras de verdadero récord, con una facturación de 77.241 millones de euros y 89.866 millones, respectivamente, frente a los 66.433 millones de 2019.
Sin embargo, ahora todo ha cambiado y los precios se hunden mientras la demanda cae en picado. Además, diferentes problemas han aquejado al sector, cuya facturación ha retrocedido hasta los 83.799 millones de euros. En ese sentido, los expertos avisan de que no solo es que aquella 'era dorada' haya tocado a su fin en abrupto 2023, sino que anticipan que será difícil volver a un potente crecimiento que compense lo perdido. De hecho, se habla de que las empresas químicas aún tienen por delante un momento crítico en el que se ven asediadas por varias amenazas.
Desde S&P Global definen el contexto actual (en Europa) como "una de las crisis más profundas que el sector jamás haya afrontado". La agencia calificadora explica que se ha mezclado una "débil demanda" a lo largo de 2023, que ha provocado una caída generalizada en los productos químicos, mientras sus costes se han disparado por la energía y las materias primas. "No veremos una recuperación hasta mediados de 2024, como muy pronto". Por su parte, Edse Dantuma, analista de ING, explica que "el crecimiento de Europa está deprimiendo los pedidos" y de hecho "el enfriamiento de la economía global hará que las exportaciones vivan un modesto 2024". En 2023 el crecimiento de zona euro fue del 0,5% y, según las previsiones de la Comisión Europea, solo repuntará hasta el 0,8% en 2024, con Alemania, su principal motor económico, con un alza del 0,3%.
Además, esta situación límite se ha mezclado con un serio problema de competitividad. "Las cadenas de valor de las petroquímicas se han encontrado con un exceso de capacidad, además de la depresión económica". Con los almacenes al máximo después de que las firmas hiciesen acopio ante las diversas crisis (invasión de Ucrania y crisis de suministros). Además, las firmas del sector, se habrían encontrado con "una falta de competitividad frente a empresas respecto a importaciones más baratas". En particular, destacan el caso de China, que está presionando a la industria con sus envíos.
"Europa tiene una posición de costes mucho más débil que Asia, Oriente Medio o EEUU, lo que seguirá limitando el crecimiento en 2024"
Por su parte, David Yankovitz, analista de Deloitte, explica que la precaria demanda en Europa y EEUU ante una desaceleración económica, se mezcla también con "un repunte de la demanda menor de lo esperado en China". Desde Fitch, por su parte, dejan claro que el despertar a medio gas del gigante asiático, "alimentó la deflación de los precios y los márgenes" que se han cebado con el viejo continente por "una posición de costes mucho más débil y además reciben un enorme excedente de productores de Asia y Oriente Medio, con los precios más baratos por sus menores costes de producción". En ese sentido, la agencia sentencia que "estos problemas sigan limitando el crecimiento en 2024".
Esta situación ha llevado a movimientos dentro de las propias firmas. La alemana Basf lleva anunciado cierres desde el comienzo del año para 2024. En particular, la firma clausurará varias plantas de amoníaco, caprolactama, diisocianato de tolueno y otros productos clave en Ludwigshafen. El motivo, principalmente, el coste de la energía que ha hecho que ya no sean rentables. En ese sentido, desde el Gobierno de EEUU, a través del Consejo Americano de Química, advertía que los volúmenes de producción europeos han caído un 6,6% a medida que diversas fábricas siguen este ejemplo. Por su parte, el Consejo Europeo de Industria Química (Cefic, por su siglas en inglés), explica que "dados estos motivos, no hay señales de una recuperación en el horizonte".
España, mejor que la UE
Labat reconoce que en España también se han encontrado con una fuerte competencia de otros actores y también incluye a Estados Unidos. En ese sentido, la presión ejercida por los mismos, sumado a la baja demanda "ha provocado caídas del 14% en los precios", lo que habría lastrado de forma clave la rentabilidad de las empresas. En cualquier caso, la patronal destaca que la situación de la industria española es ostensiblemente mejor que la de sus pares en el resto de Europa. El motivo es que, mientras que Francia y Alemania "han vivido caídas brutales" al tener una mayor dependencia del sector industrial, el mercado español está más diversificado y no es tan dependiente de una industria intensiva en la que influyen más el coste de la electricidad. Sin embargo, la caída de precios no ha sido nada despreciable en España, con un desplome del 33% en los fertilizantes o un 16% de los plásticos.
Uno de los motivos detrás de este mejor desempeño español, al margen de un sector menos dependiente del consumo industrial, son los propios precios del gas y la electricidad, que son menores en el país ibérico. En ese sentido, según los últimos datos relativos a la primera quincena de febrero, el precio del mercado mayorista de la electricidad asciende a 54,48 euros por megavatio hora, una caída del 26% respecto a enero y casi del 60% respecto a hace un año.
"Somos el tercer consumidor de gas en España y ya estamos notando la caída en los precios, sin embargo, si continuase cayendo podría acelerar la recuperación"
Según los expertos de Tempos Energía, este precio seguirá a la baja a medida que retroceda la demanda y se gane en eficiencia hasta situarse en las cifras pre pandémicas de 35 euros MWh. Y, aunque esta tendencia puede darse en Alemania, este país está por detrás con unos precios medios en febrero de unos 63 euros el megavatio hora. En Francia son incluso mayores, de unos 68,7 euros.
Volviendo a España, de cara al futuro se espera una recuperación parcial. Concretamente, de cara a 2024 la industria anticipa una remontada del 2,4%, es decir, más de 2.000 millones de dólares. Aunque esto no supondría resarcirse del golpe de 2023, "implicaría recuperar un tercio de las pérdidas y vemos que el precio de la energía ya se está notando para bien en el negocio", explica Labat.
En ese sentido, cree que el sector se encuentra ante un punto de inflexión y depende de dos factores clave, el mercado energético y el BCE. "Somos el tercer consumidor de gas en España y ya estamos notando la caída en los precios, sin embargo, si continuase cayendo podría acelerar la recuperación", mientras que un repunte ante un imprevisto geopolítico, podría volver a llevar al sector a la 'recesión'. Por su parte, "vemos que el mercado espera que el BCE baje los tipos al 3,5% para diciembre, lo que impulsaría claramente la demanda".