Industria
Vilafamés, el pueblo de Castellón cuyas empresas suman 500 millones de inversión extranjera
- Ha protagonizado dos de las mayores operaciones corporativas de los últimos meses
Ángel C. Álvarez
Valencia,
Aunque hace años que Vilafamés figura en las localidades que forman parte de la asociación de Los Pueblos Más Bonitos de España, esta joya medieval del interior de Castellón sigue siendo desconocida para la gran mayoría. Sin embargo, este municipio que no llega a 2.000 habitantes y menos de 150 empresas censadas se ha convertido en centro neurálgicos de la inversión extranjera en la Comunidad Valenciana al protagonizar dos de las mayores operaciones corporativas de los últimos meses.
Pese a su reducido tamaño, esta población nunca ha estado fuera del mapa ya que, de hecho, se sitúa casi en el mismísimo meridiano de Greenwich, que constituye el eje básico para medir las coordenadas de longitud del planeta. Algo que también puede haber ayudado a que dos grandes multinacionales del otro lado del Atlántico se hayan fijado en dos compañías con sede en Vilafamés.
La protagonista de la operación de más envergadura pertenece al sector industrial por antonomasia de Castellón desde hace medio siglo: la cerámica. Aunque esta industria originariamente se concentraba en Alcora y el triángulo formado entre Nules, Vila-real y Onda, su fuerte desarrollo llevó su expansión también hasta este rincón de la provincia situado algo más al interior. El fabricante azulejero que ha ocupado buena parte del suelo industrial en su término municipal, Baldocer, ha sido la artífice de un traspaso valorado en más de 425 millones de euros, una cifra que podría elevarse en función de cómo evolucione en los próximos años. La compañía de Vilafamés ha pasado a manos del que es actualmente el segundo mayor fabricante mundial de azulejos, el grupo mexicano Lamosa.
En el caso Baldocer, creada y dirigida por el empresario Felipe Peraire, su crecimiento se basó precisamente en su capacidad de adaptarse a la crisis financiera e inmobiliaria de hace más de una década. Frente al desplome de ventas de los entonces grandes fabricantes, supo reorientarse a mercados como el de las cadenas de bricolaje, a la vez que creció con la adquisición de fábricas en dificultades. Baldocer había cerrado 2021 con un beneficio neto de 43,9 millones de euros, el doble que un año antes, y una cifra de negocio de 233 millones, un 21%. Con todo, se ha visto afectada como todo el sector por la subida de los precios del gas y realizó un ERE a principios de año.
Su nuevo dueño, el gigante mexicano Lamosa, supera los 1.700 millones de euros de negocio anual. Según la propia empresa, el grupo español aportará aproximadamente un 16% los ingresos consolidados del grupo y un 12% de la capacidad de producción de revestimientos, lo que le permitirá alcanzar alrededor de 275 millones de metros cuadrados al año. Lamosa ya era dueña de otra azulejera en Castellón, la planta de Roca Tiles en Vall d'Uixo. Lamosa no será la única multinacional del sector cerámica asentada en la localidad, ya que Vilafamés también alberga la factoría española del gigante italiano Colorobbia.
De la cerámica a la madera
La otra gran operación de capital extranjero que ha sacudido a la pequeña población castellonense ha sido el desembarco en España de uno de los mayores grupos industriales madereros del mundo, el estadounidense UFP Industries. Con un negocio anual de 9.600 millones de dólares, la multinacional ha cerrado la compra del 80% de Palets Suller, dedicada a la fabricación y gestión de estos elementos de embalaje y transporte que también tiene su sede en Vilafamés.
El grupo norteamericano pagará en total 52 millones de dólares (49 millones de euros al cambio actual) por el control mayoritario del grupo de palets, cuyas firmas han pasado a integrarse en una nueva sociedad, UFP Palets y Embalajes. El nuevo dueño quiere aprovechar la empresa castellonense en la que ha tomado el 80% para ampliar su presencia, tanto en España como en Europa.