La solución 'low cost' para el problema de la virginidad de las mujeres musulmanas
EcoDiario.es
La pérdida de la virginidad, eso que se convierte en una emocionante charla entre amigas para las mujeres occidentales, supone, sin embargo, una cuestión vital para el futuro de las mujeres musulmanas. En estas comunidades, a pesar de que el Corán no exige que una mujer llegue virgen al matrimonio, sí existe una doctrina islámica de recomendación de pureza tanto para hombres como para mujeres.
En la realidad, sólo son ellas las que tienen que cargar con lo que se ha convertido en todo un requisito que simboliza su honor y que la hará merecedora del respeto y del enlace con su futuro marido. Desde Marruecos hasta Turquía, la norma ultraconservadora aún doblega a una nueva generación de jóvenes que desean un mayor aperturismo, también en las relaciones sexuales. El problema llega a la hora de demostrar la virginidad cuando se acuerda un matrimonio, ya sea impuesto o elegido por parte de los futuros cónyuges.
Sólo las mujeres más pudientes pueden permitirse acudir a cirugías de reconstrucción del himen, que se realizan de modo clandestino. Para aquellas sin los suficientes recursos económicos, se han popularizado recientemente los llamados 'kits de virginidad', que se pueden comprar en internet por un precio que oscila entre los 20 y los 30 euros, según la marca.
Simular la rotura del himen
El kit de virginidad es un paquete que contiene un par de cápsulas de sangre falsa, cubiertas por una sustancia que hará las veces de membrana en sustitución de un auténtico himen en el momento de la penetración. La cápsula se introduce en la vagina entre una hora y 10 minutos antes de la relación -varía según el formato, si es en polvo, el tiempo es menor-, y será el calor corporal el que derrita la película que cubre la sustancia y que ésta brote como sucedáneo de sangre. De este modo, el hombre creerá que se trata de la primera experiencia sexual por parte de la mujer, al simular la rotura de su himen.
Uno de los kits de virginidad más vendidos es el que fabrica el laboratorio británico Zarimon, que también contiene una cápsula con un gel que contribuye a tensar las mucosas vaginales, contribuyendo a la sensación de mayor roce y resistencia, características atribuidas al primer coito. Además, la caja contiene unos guantes para introducir la cápsula sin calentarla con la temperaturas de las manos y un termómetro para confirmar que la temperatura corporal es la adecuada para usar el himen artificial -entre 35 y 39 grados centígrados-.
No es el único modelo. El himen artificial Virginia Care, de un fabricante japonés, consiste en un polvo escarlata encerrado entre dos membranas de celulosa biológica, que también se deshará con la ayuda del calor y las secreciones vaginales en el momento de la penetración.
El invento funciona en China desde los años 90, donde fue comercializado como juguete erótico, sin siquiera sospechar que se convertiría en una solución vital para mujeres de comunidades que mitifican la virginidad como un asunto de determinará el honor y el futuro de ellas.