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El Tribunal Supremo de China declara inocente a un acusado 21 años después de haberle ejecutado

  • Concluye que no había pruebas suficientes para condenarle
  • En 2004 un famoso delincuente admitió ser el culpable del caso
Una mujer china condenada a pena de muerte en 2001. Imagen: Reuters

EcoDiario.es

El de Nie Shubin es uno de los casos más controvertidos de la justicia china. En 1995, con apenas 20 años, fue declarado culpable de la violación y asesinato de una mujer cerca de Shijiazhuang, al este de Pekín. Se le condenó entonces a la pena capital siendo ejecutado mediante un tiro en la cabeza. Ahora, 21 años después de la ejecución, el Tribunal Supremo ha contradicho la sentencia y le ha declarado inocente de todos los cargos al entender que no había pruebas suficientes para condenarle.

El joven fue detenido en 1994 como sospechoso de la muerte de una mujer que previamente había sido violada, según recoge El País. Varios días después el detenido confesó afirmando todos los cargos sobre él. En ningún momento del proceso judicial negó los hechos de los que era acusado, lo cual no despertó más dudas. El mismo Nie Shublin aceptó los cargos y fue condenado a pena de muerte.

Sin embargo, diez años después, en 2005, el delincuente Wang Shujin fue detenido acusado de la violación y asesinato de tres jóvenes. En su declaración, el rehén admitió además ser culpable de la muerte de la chica por la que en 1995 fue condenado Nie Shubin.

La corte penal le condenó a pena capital y fue ejecutado como responsable de tres asesinatos, empero no del caso por el que inicialmente Nie era el único culpable ya que entendió que no había pruebas concluyentes para condenarle.

Tras la decisión del tribunal que juzgó al delincuente, la familia de Nie Shubin no ha desesperado hasta conseguir una revisión del caso. En 2014 el tribunal superior de la provincia de Shandong resolvió repetir el juicio contra el joven por considerar dudoso el caso.

El Tribunal Supremo, al que se ha trasladado la investigación, cree ahora que las pruebas existentes para acusar a Nie eran insuficientes y por ello lo declara inocente.

Tras la muerte no se tomaron huellas dactilares ni se demostró que el ADN del acusado le relacionara con el caso, solo posibles especulaciones.

"El Tribunal Supremo cree que los datos manejados en el juicio original no están claros y las pruebas son insuficientes, por lo que cambia la sentencia original a una de inocencia", ha indicado el tribunal.