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Suecia y Alemania son el paraíso de los refugiados: manutención y alojamiento garantizados
EcoDiario.es
Unas 700.000 personas han pedido asilo en los principales países de Europa, América del Norte, Oceanía y Asia durante el primer semestre de 2015, según datos ofrecidos por ACNUR. No obstante, los refugiados prefieren iniciar los trámites en algunos países en particular como Alemania o Suecia. El motivo, las condiciones una vez concedido el asilo. EN DIRECTO | Crisis de refugiados en Europa.
Alemania y Suecia, paraíso para los refugiados
Alemania y Suecia son los países que mejores prestaciones ofrecen a los refugiados.
El país presidido por Angela Merkel es el que más peticiones de asilo recibe con diferencia, con casi el 40%. Por ello, es el que más ayudas destina a este tema. Los refugiados pasan por dos fases distintas.
En la primera están amparados bajo la Ley de Asilo, que se prolonga durante tres meses y que ofrece techo, manutención, servicios sanitarios y ropa a los refugiados. Además, reciben 143 euros mensuales para sus gastos y entrar a formar parte de un programa en el que les enseñan la lengua oficial, según recoge El Mundo.
En la segunda etapa pasan a estar bajo protección de otra ley conocida como Hartz IV. En este periodo reciben una paga de unos 300 euros por persona, a lo que hay que añadir extras como los 84 euros mensuales por hijo o los costes que se consideran de primera necesidad como el alojamiento o las medicinas.
Dejan de recibir esta ayuda cuando empiezan a trabajar y son totalmente independientes.
Tras Alemania, el país que más solicitudes recibe es Suecia, aunque para tramitar la solicitud deben ceñirse al Convenio de Dublín.
En primer lugar, los refugiados deben explicar cómo han llegado a Suecia. Después el país considerará si se les concede el asilo o se les devuelve al país por el que han entrado a Europa para que formalicen la solicitud allí. En este caso se está produciendo devoluciones de refugiados. Es decir, permanecen un tiempo en Suecia, con todos los derechos que se les conceden y al tiempo les devuelve al país europeo por el que entraron, donde vuelve a partir de cero, sin trabajo, ni dinero, y pierden los avances que habían conseguido en el anterior país.
Mientras dura el proceso de aceptación les proporcionan alojamiento, que pueden ir desde hoteles o campings en alquiler a centros de recepción, se les ayuda a buscar trabajo y se les da una ayuda económica para cubrir gastos de primera necesidad. También tienen acceso a la sanidad pública.
Una vez finalizado el proceso obtienen el permiso permanente de residencia en Suecia. El refugiado puede vivir por su cuenta o aceptar la municipalidad, en cuyo caso le proporcionan una vivienda, ayuda económica y orientación en su vida en Suecia.
Países como Reino Unido o Francia había manifestado en un primer momento la intención de actuar con mano dura ante esta crisis migratoria. Sin embargo, el desbordamiento de algunos países de la Unión Europea ha hecho que recapaciten y faciliten el proceso y el número de solicitantes permitidos.
En el caso de Reino Unido, por ejemplo, los refugiados pueden acceder al país de manera temporal si cuentan con familiares en el destino.
Italia y España, los países a evitar
Italia y España son dos de los países a evitar por los refugiados. Aunque el primero recibe gran cantidad de solicitudes, las condiciones y prestaciones que se les brinda no son las más favorables, al igual que en España.
Italia es uno de los países más afectados por la crisis migratoria debido a su situación geográfica. Día tras día llegan centenares de inmigrantes a través del Mediterráneo con la intención de quedarse.
No obstante, el país gestionado por Matteo Renzi tiene un gran problema. Está desbordado. La solicitudes tardan al menos un año en tramitarse, lo que crea una situación de pánico y estrés por saber qué pasará con su futuro.
Durante la espera, el Gobierno italiano les instala en centros de acogida. El problema es que sólo hay 14 en todo el país y con el actual éxodo se han colapsado. Para contrarrestar el problema se han creado centros extraordinarios, que han sido criticados por las condiciones que ofrecen.
Los refugiados tienen que compartir alojamiento con otros tipos de inmigrantes y con ancianos. Además, en contadas ocasiones se crea un clima familiar favorable.
El Gobierno paga 35 euros al día por inmigrante a los ayuntamientos que cuentan con centros de acogida para extranjeros en su municipio, pero se desconoce si eso dinero llegar a su fin.
El solicitante de asilo puede trabajar a partir de los seis meses mientras espera la resolución de su caso. Si finalmente su petición es denegada, será expulsado.
Por otro lado, entre los países a evitar está España, donde conseguir el asilo es una tarea complicada. En 2014, nuestro país sólo atendió 5.947 solicitudes, lo que representa el 0,95% del total de las que se presentan en toda la Unión Europea. Finalmente, el Ministerio del Interior concedió la protección internacional sólo a 1.585 personas.
Una vez que el refugiado llega a un puesto fronterizo el Gobierno tarda cuatro días en decidir si deniega o acepta llevar a trámite la solicitud. Si finalmente se acepta, el solicitante comienza a residir en pisos gestionados por ONGs o en centros de acogida.
Al igual que en Italia, este es uno de los principales problemas. La mayoría de los centros de España están diseñados para acoger inmigrantes, no solicitante de asilo político.
Después, durante seis meses tiene garantizada la manutención y el alojamiento, recibe clases de español dos o tres veces por semana y puede contar con una ayuda de 50 euros mensuales para el transporte. Pasado este periodo de tiempo comienzan los problemas, ya que la mayoría de los refugiados acaban en la calle y con pocas posibilidades de integración.