Franquicias

Los tazones de cereales, la última moda en el sector de las franquicias

  • Cereal Hunters cuenta con dos locales propios en Madrid y quiere crecer
  • El precio medio de cada bol es de cuatro euros

Gema Boiza

Tienen menos de 30 años, son amigos, algunos de ellos hasta vecinos, residentes en Madrid, tienen formación universitaria en Publicidad y Psicología, espíritu emprendedor y sobre todo el afán de comerse el mundo a base de cereales. Cristina López, Jaime Salvat, Marcos Villaplana y José Javier Fernández son los socios y fundadores de Cereal Hunters, una marca de restauración basada en la venta de tazones de cereales, de origen nacional e internacional -cuenta con más de 160 variedades- y que tras un año en el mercado apuesta ahora por crecer de la mano de la franquicia. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Franquicias

En concreto, los cuatro fundadores de esta firma, que hasta el momento tienen dos locales propios en Madrid (Mejía Lequerica, 14, y Alcalá, 90), han confiado en la franquicia para llevar su negocio a otras latitudes tanto dentro como fuera de la geografía española.

En nuestro mercado sus planes pasan por abrir una veintena de establecimientos franquiciados en el próximo año, especialmente en Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla donde sus negociaciones con potenciales franquiciados están, a su juicio, "más avanzadas". "Nuestros primeros establecimientos estarán en puntos de referencia de sus respectivas ciudades", matizan.

Tras implantarse en esas plazas, los socios de Cereal Hunters prevén también llegar a otras áreas de la península como Málaga, Valladolid, San Sebastián, Granada, Salamanca, Zaragoza o Murcia.

Según detallan estos jóvenes emprendedores y empresarios, entre las condiciones exigidas para abrir un local de Cereal Hunter figura una inversión inicial de 35.100 euros -con el canon de entrada de 12.000 euros incluido-, un contrato de cinco años con la central, un canon de publicidad del 2 por ciento sobre las ventas mensuales y un royalty por uso de la marca de otro 4 por ciento mensual sobre el nivel de ventas.

En esta primera fase de su expansión en España, los socios y fundadores de Cereal Hunters apuestan por locales de 135 metros cuadrados ubicados en centros urbanos, con buena visibilidad y flujo peatonal, donde al menos haya 80.000 habitantes.

Negociaciones en Latinoamérica

Además de la expansión en España, Cereal Hunters podría salir de las fronteras nacionales en los próximos meses para implantarse en algún país de Europa e incluso del otro lado del Atlántico, de la mano de masterfranquiciados.

De hecho, según confirman sus fundadores, la compañía ya está en fase de negociaciones para llevar la marca a algún mercado de Latinoamérica, cuya identidad no han querido desvelar. Lo que sí afirman es que Cereal Hunters también ha suscitado interés en otros mercados que no son ni europeos ni americano, sino asiáticos como Emiratos Árabes Unidos.

En total, entre las peticiones de España y las de fuera de nuestro país, los fundadores de Cereal Hunters cifran en más de 250 las solicitudes que han recibido de potenciales franquiciados interesados en franquiciar su negocio. Un negocio que ha traído a España un nuevo concepto de hostelería basado única y exclusivamente en cereales -de 160 tipos- servidos en sus locales con hasta 20 tipos de leche -de origen animal y vegetal- y distintos toppings, con el fin de que los consumidores puedan dar un toque más personal a su consumición.

"La mayoría de nuestros productos vienen de fuera, sobre todo de Reino Unido y de Estados Unidos; nosotros negociamos con proveedores de distintos países para asegurarnos de tener un stock, en nuestro almacén de Madrid, y poder proveer a nuestras tiendas", sostienen los socios.

Precio medio de cuatro euros

Con un precio medio por tazón de cuatro euros, los fundadores de Cereal Hunters sostienen que el perfil del cliente de sus dos establecimientos corresponde al de estudiantes y universitarios -de entre 15 y 25 años de edad- y al de un público más pequeño que generalmente viene acompañado de sus progenitores. Son estos precisamente, según destacan los socios, los que más han pedido unirse a la red de franquicias. "Estos y los hunters -cazadores, en inglés- de nuevos modelos de negocio que ven en el nuestro algo nuevo y con capacidad de recorrido", afirman.

Según sus cifras, un local de Cereal Hunters es capaz de facturar hasta 400.000 euros anuales. Un dato que según Carlos Barbadillo, de la consultora Barbadillo y Asociados -que ha asesorado a los socios de la firma en el diseño de su modelo de franquicia- es incluso "conservador".

Los cálculos de los socios también apuntan a que cada local de la marca necesitará entre cuatro y cinco personas para poder rodar y cubrir los horarios de la cadena -de 9 de la mañana a las 22 horas de lunes a viernes, y de 10 a 22 horas los fines de semana-.

Locales propios

Además de crecer con la franquicia, los fundadores de la marca no descartan abrir más locales propios, especialmente en Madrid capital o provincia, aunque sí reconocen que ésa no es ahora la prioridad. Lo que no contemplan es dar entrada en la compañía a nuevos accionistas, ya sean independientes o fondos de capital riesgo.

Al contrario. Su plan pasa por seguir creciendo estando ellos mismos en la primera línea de sus locales, detrás de los mostradores y atendiendo, y dando a conocer la marca como lo han hecho hasta ahora, a través de las redes sociales.

Redes a través de las que también han recibido peticiones para franquiciar la firma y que han conseguido que el primer local de la enseña -el de Mejía Lequerida, en Malasaña-, haya registrado en algunos picos de afluencia de público largas colas de consumidores.

"La idea de Cereal Hunters nace impulsada por la que hemos visto en otros bares de cereales del mundo; nos hemos convertido en la primera cafetería de cereales de España, en una marca de referencia en este segmento en nuestro país, y hemos hecho posible que comer cereales ya no sea sólo una cosa de estar en casa. Ahora ya es posible comer cereales fuera del hogar", concluyen.