Pymes y Emprendedores
Los errores que cometen las startups obsesionadas con cerrar una ronda de financiación
- "A día de hoy, una empresa es un éxito cuando recauda fondos"
elEconomista.es
Madrid,
Muchas startups tienen como principal objetivo cerrar una gran ronda de financiación. "Parece que el éxito de una empresa ya no se evalúa por la viabilidad de su modelo de negocio", denuncia Baptiste Jourdan, cofundador de Toucan Toco, una compañía francesa de visualización de datos que nunca ha cerrado una ronda. "A día de hoy, una empresa es un éxito cuando recauda fondos", lamenta.
Este empresario presume de que, pese a todo, cuenta con más de 100 clientes y 300 proyectos activos, que dan trabajo a 75 personas. Recaudar fondos no siempre es positivo y lleva a las startups a cometer varios errores en su obsesión por conseguir financiación.
En este sentido, Jourdan señala cuáles son algunos de los fallos más habituales que cometen este tipo de compañías en la persecución por cerrar una ronda.
1. Su único objetivo es la financiación
"Una recaudación de fondos no debe ser un objetivo, sino un medio de financiamiento", apunta el emprendedor. En este sentido, pone como ejemplo Jawbone, un unicornio que recaudó casi 1.000 millones de dólares y que se enfrenta al cierre. "Su modelo de negocio ya no era vender su producto sino cerrar nuevas rondas de financiación", explica. "El error de muchos jóvenes empresarios es pensar que podrían hacer más cosas con más presupuesto. "Si no es posible hacerlo con lo que se tiene es que no es el momento o que no es útil", advierte. De hecho, apunta a que con más millones no aseguran que el producto vaya a ser más atractivo o interesante para los usuarios.
"Una ronda de financiación es una herramienta de crecimiento, para crear más valor y más rentabilidad, no para compensar el coste de locales demasiado grandes, contratar trabajadores o alimentar artificialmente un modelo de negocio caduco", concluye Jourdan.
2. Descuidan sus finanzas reales
Las startups que cierran rondas de financiación quiebran más que las empresas que se autofinancian. La investigadora de marketing Kerry Jones hizo un estudio sobre las razones por las que habían quebrado 150 startups, y el 30% lo hicieron por no ser capaces de cerrar nuevas rondas de financiación. "Fallaron porque vivían de la financiación externa y no por otros motivos", sentencia el emprendedor.
3. Dejan de lado el producto y la innovación
"Una startup tiene sentido cuando ofrece algo que no existe en el mercado. Si una startup tiene prisa para recaudar fondos y competir con otros rápidamente, es que su producto no es revolucionario. Tal vez sea mejor cambiar de rumbo y buscar otro ecosistema sin competencia", advierte el emprendedor. Según el análisis elaborado por jones, el 19% de las empresas que recaudaron más de 10 millones fracasaron por tener una competencia demasiado fuerte. "Tenían un modelo de negocio demasiado parecido a lo que existía en el mercado".
Un emprendedor debe centrarse en desarrollar el producto, el negocio y el crecimiento, haciéndoles avanzar en la misma dirección. Una ronda de financiación, aunque responda a los desafíos de crecimiento que tiene la startup, no deja el tiempo al fundador para validar la adecuación de su modelo de negocio con el mercado.
Para asegurar el retorno de inversión, algunas startups se focalizan en métricas de crecimiento con el fin de convencer a sus inversores. El peligro es que algunas startups sólo se concentren en estos indicadores para obtener más inversiones y así olviden centrarse en la generación de beneficio y la búsqueda de un modelo de negocio viable. Consiguen dinero porque crecen, porque ganan usuarios, pero realmente no saben cómo monetizar su popularidad y una vez que entran en esa rueda y sienten la presión de los inversores, es complicado que salgan de ella y que el producto se eche a perder.
4. El CEO le dedica más tiempo a la inversión
La mayoría de las startups se basan en un equipo de cuatro personas o menos. Dedicar tiempo al producto y al funcionamiento de la compañía es necesario para el desarrollo de un negocio. Sin embargo, si uno de los fundadores está dedicado a la captación de fondos y no produce, es un verdadero déficit.
5. La ronda de financiación supone "vender el alma al diablo"
Un estudio sobre la recaudación de fondos elaborado por CBinsights revela que, de las 1.098 startups que cerraron una ronda de financiación entre 2008 y 2010 en EEUU, casi la mitad hicieron dos rondas, y un 28% de las empresas fueron compradas o hicieron un IPO. "Una vez recaudas fondos, a los inversionistas no les conviene que la startup dedique tiempo para hacer crecer su actividad de forma autónoma. El motivo es sencillo: los inversores quieren obtener un retorno de inversión", concluye Jourdan.
"Cuando el fundador de una empresa deja de ser el capitán de su propio barco, debe responder a exigencias de contratación, de gastos de marketing y de aumento de ingresos por venta. No hay salida posible con el inversor y es algo que hay que tener muy en cuenta antes de cerrar rondas", advierte el emprendedor.