Pymes y Emprendedores

Una imagen siempre vale más que mil palabras... y en un currículum más

  • 'Yovijob' apuesta por lo audiovisual y se desmarca del resto de bolsas de trabajo
Imagen de Thinkstock.


Entrar en una bolsa de empleo en Internet. Encontrar una buena oferta. Desplegarla. Currículums inscritos: 1.247. Cerrar el navegador. Cada día, y como resultado de la situación económica del país, miles de españoles recorren estos mismos pasos, aun a sabiendas de que las posibilidades de que su currículum vítae sea el elegido -incluso de que sea visto- son ínfimas.

A su vez, y desde la perspectiva contraria, las empresas reciben esos mismos 1.247 currículums. Tras dedicarle su tiempo a consultarlos todos, se abre un proceso de selección que dura varios días, hasta concertar una entrevista. Y, a pesar de todo, puede ocurrir que el candidato, simplemente, no entre por los ojos.

"Hay que entrar en el mundo moderno. Si a la escasa oferta de trabajo que hay le sumamos los obsoletos procesos de selección de las empresas, estamos tirando piedras contra nuestro propio tejado", explica Yolanda Ruiz Morueco, consejera delegada y socia fundadora de Yovijob, un metabuscador de empleo a nivel internacional que también cuenta con la posibilidad de grabar un vídeo-currículum y mantener una vídeo-entrevista.

La idea empezó a fraguarse hará dos años, fruto de la gran cantidad de gente deseosa de trabajar en el extranjero que rodeaba a la fundadora, y la plataforma se abrió a finales de enero de este año. Desde entonces, la acogida ha superado con creces lo que diagnosticaban las expectativas. Con más de 140.000 ofertas de trabajo, ya hay empresas que apuestan directamente por anunciarse en Yovijob.

"Lo que queremos es facilitar, tanto como podamos, los trámites para buscar trabajo o empleados", explica Ruiz Morueco. "En general, los motores de indexación de empleo dividen las ofertas por países, y aquí la tenemos entera bajo un mismo dominio". El metabuscador recoge, en efecto, ofertas en seis idiomas y consulta las bolsas de empleo de todo el mundo.

Pero, donde radica la verdadera innovación, es en la presentación. Para ellos ya no sirve el currículum en papel. Las empresas necesitan más, conocer al candidato. Y éste, por su lado, puede demostrar sus habilidades comunicativas. "Es una carta de presentación. Ya no basta con poner: Inglés, nivel proficiency; ahora puedes, y debes, demostrarlo", explica la consejera delegada.

Conscientes de la reticencia española a este tipo de iniciativas, que sin embargo llevan vigentes más de diez años en Estados Unidos, ponen a disposición del usuario múltiples herramientas para facilitar la grabación: vídeos tutoriales, mensajes explicativos y guiones preparados acompañan la grabación: "La gente le tiene miedo, porque supone un cambio cultural que todavía no está interiorizado". Para combatir esa reticencia, la plataforma deja grabar el vídeo tantas veces como se quiera, sin que nadie pueda ver las tomas desechadas.

Una apuesta por el empleo

Al darse de alta en la plataforma, los usuarios pueden importar su perfil de Linkedin, lo que ahorra muchos trámites innecesarios. A ese perfil se añade el currículum 2.0, en el que se siguen los mismos pasos que en el formato tradicional: presentación, formación, trayectoria, información adicional... pero con un claro valor añadido: ver cómo es el candidato en realidad. Éstos, que pueden tener el perfil en modo público -disponible para todas las empresas-, o privado -para que sólo le vean las empresas que él mismo solicite-, están en todo momento informados de cómo avanza su proceso de selección.

Y lo cierto es que, además de en los candidatos, las empresas están interesadas en la plataforma en sí. Y a ellas se suman universidades, bancos e instituciones públicas, que ven en esta plataforma una gran ayuda, dirigida tanto al empleador como al futuro empleado. Tanto es así que se utilizó la plataforma en la convocatoria de las becas Fórmula del Santander para realizar los testimoniales finales.

Como pyme ya constituida, Ruiz Morueco asegura que en España, además de no haber mentalidad de emprendedor, las ayudas que reciben éstos son mínimas.