Los chefs estrenan un increíble restaurante de 800 metros cuadrados en BarcelonaLa mesa de la cocina, reservada para amigos y visitas ilustres, suele ser el lugar privilegiado del restaurante. En Cocina Hermanos Torres ocurre algo curioso: todas son las mesas de la cocina. Y no es una forma de hablar o un bonito recurso literario, sino que es exactamente lo que ocurre en el proyecto más ambicioso de Javier y Sergio Torres. Las cocinas -en plural- son el centro del restaurante y alrededor de ellas se reparten las mesas de los comensales, dispuestos a disfrutar de una cocina abierta, en el sentido más radical de la palabra. Un espectacular local de 800 metros cuadrados es la nueva casa de estos televisivos cocineros, que viven un momento especialmente dulce. Si no hay sorpresas, en breve recuperarán las dos estrellas de Dos Cielos, aunque está claro que el nuevo proyecto es de esos que se hacen pensando ya en una tercera estrella. Al frente de los fogones Albert Pujols -jefe de cocina y mano derecha de los Torres desde hace años- coordina un equipo perfectamente armonizado de cocina y sala, eficaz, silencioso y con el punto perfecto de cercanía. Es fácil reconocer el hilo conductor de Dos Cielos -el proyecto anterior situado en el hotel Melia Sky- en platos y elaboraciones, pero ahora se avanza un paso más allá, como si la cocina también hubiera crecido aprovechando esa amplitud en la que todo parece lucir más. Con dos menús degustación (150 y 135 euros) los 18 pasos del más extenso juegan muy bien con lo que el cliente de un restaurante como éste espera encontrar: técnica, algo de espectáculo en la mesa, sabores, ingredientes que sorprendan… Y el resultado no sólo es notable, también es interesante y divertido. Nos sigue gustando más esa cocina de fondo de los Torres que brilla en platos como la refrescante ensalada de moras para empezar, la codorniz en dos pases, el erizo con un consomé de galeras excelente o la cebolla rellena, aunque entendemos que también tiene que haber espacio para ejercicios más artísticos, con platos hipnóticos y bonitos como las huevas de atún y crema fresca, pero que no nos dicen demasiado. Pero este es, sin duda, un viaje en línea ascendente que puede maridarse (65 ó 55 euros para cada menú) con la interesante elección de los sumilleres Koldo Rubio y Rosana Moya. Gran protagonismo de los vinos más cercanos, pero puertas abiertas para referencias internacionales o para mirar al sur y encontrarse con las siempre interesantes propuestas de Equipo Navazos. Amplia y selecta carta de vinos, con notable presencia de cavas y champanes y buena selección a copas, que va variando según bodega.