Pescados, mariscos, ibéricos, arroces o carnes rojas componen una apetitosa y variada oferta frente al marFrente a la playa, en el paseo marítimo de La Carihuela y con el mar como fondo se encuentra La Reserva de Antonio, un referente gastronómico en la costa malagueña y un enclave privilegiado de mesas abiertas al Mediterráneo. Perteneciente al Grupo La Reserva, muy popular en la provincia y con siete restaurantes en aquella tierra, el propietario es el empresario José Gómez, un hombre hecho a sí mismo, que entiende la restauración desde un punto de vista tradicional y para el que la excelencia de la materia prima es la piedra angular de sus espacios. Éste de Torremolinos no es una excepción. Con una larga barra, un comedor y una terraza, la carta es toda una sinfonía basada en los mejores productos del mar, ibéricos, carnes, mariscos y arroces; lo típico de un restaurante de playa, pero aquí las preparaciones son sencillas, auténticas y bien elaboradas. Un hallazgo. Una oferta amplia en la que no falta de nada, desde unas fresquísimas coquinas a la sartén, aliñadas con su ajito y perejil (sin rastro de arena) a una espléndida y jugosa lubina a la sal, magistral de punto. La Reserva de Antonio es mucho más que un restaurante de playa y no solo por sus materias primas de primera categoría o su cocina, la profesionalidad del equipo de sala -eficaz, dinámico y cordial-, contribuye a que el cliente se sienta en todo momento agasajado. Y no es fácil encontrar esto último, especialmente en zona playera y en verano. La carta de La Reserva de Antonio es extensa y va mucho más allá de su gran propuesta marinera. Distintos apartados como las entradas y aperitivos con todo tipo de ibéricos, anchoas del Cantábrico, foie de pato, salpicón de mariscos o tomate negro aliñado, destacan entre otros platos. Un capítulo de ensaladas -que incluye la ensaladilla rusa con langostinos- y un lugar de honor para la fritura malagueña: boqueroncitos, salmonetitos, calamares, gambas blancas fritas… incluso un variado. Gazpacho, ajoblanco, revueltos y arroces como el caldoso marinero, con bogavante o paella. Entre los segundos platos fresquísimos pescados a la sal o a la plancha. Completan la carta una nutrida oferta de mariscos -gambas de Garrucha, quisquillas de Motril, carabineros…- y como carnes, desde el chuletón para dos personas a las chuletillas de cordero lechal o solomillo. Como colofón, una apabullante carta de vinos con numerosas y escogidas referencias (desde 17 champagnes de las mejores casas a etiquetas de Vega Sicilia) en una partitura que no decepcionará a los más entendidos y que se pasea por las mejores bodegas de España.