Los hermanos Santamaría conquistan la sofisticada villa con Milady by BokadoLos hermanos Jesús y Mikel Santamaría han revolucionado el panorama gastronómico de las playas de Biarritz. Una villa situada a tan sólo 50 kilómetros de San Sebastián, que fue frecuentada por aristócratas como la emperatriz Eugenia de Montijo y actualmente por sofisticados veraneantes. El mítico Hôtel du Palais, da buena fe de ello desde que lo inauguraran en 1855. Una plaza difícil que los hermanos Santamaría no han dudado en elegir para instalar su novedoso restaurante-chiringuito. Jesús y Mikel fueron los genuinos creadores hace años de la "cocina en miniatura" en su ya desaparecido Bar Oñatz del centro de Donosti; un importante hito que vino a enriquecer el panorama de los pinchos en la ciudad easonense y hoy extendido por doquier. Ahora poseen una de las empresas de catering más reconocidas de España y, entre otros negocios, un espléndido restaurante frente a La Concha en su localidad natal. Pero Milady Beach by Bokado va más allá porque es encontrar la materia prima junto a los modos y maneras del País Vasco en Francia. Un chiringuito ilustrado con comedor interior climatizado y una preciosa terraza frente al mar a pie de playa. Presidiendo la cocina se encuentra una gran parrilla -hecha por un herrero como debe ser y alimentada con carbón de encina-, que es protagonista en esta casa. Mesas sin mantel, desenfado e informalidad, pero un nivel de producto difícil de encontrar en la villa francesa. Con una gran barra, ofrecen una carta de picoteo en la que no falta una buena y conseguida variedad de pinchos y raciones: patatas bravas, croquetas de jamón (tres estrellas), calamares a la romana, mejillones rellenos… Unas especialidades que incluyen en la carta más formal del restaurante, donde realmente brilla la materia prima. Deliciosos pescados como la merluza rebozada, bacalao con piperrada o el rape asado con refrito tradicional, hecho en parrilla. Excelsas carnes con 35 días de maduración: entrecote con patatas fritas (hechas al momento) y chuleta de vacuno, acompañada por ensalada de lechuga. Una opción interesante es pedir como entrante -todo está pensado para poder compartir- el "Plato de pinchos calientes" (12 euros), con ocho variedades: desde tortilla de changurro al foie a la plancha. Y algunos toques más complejos, con ejemplos como el foie con chocolate o la roca de mar (algas y calamar con su tinta). Postres muy cuidados y correcta carta de vinos para el lugar. Un sitio perfecto, además, para ver la impresionante puesta de sol de Biarritz con un buen cóctel, ya que no cierran en todo el día.