A pocas calles brillan las estrellas de los Adrià. Más cerca los pinchos y el bullicio de Poble Sec. Pero en Rioba -barrio al revés, en homenaje lunfardo al chef Eduardo Marchesi- la cosa va de producto, mercado y brasa. Un pe-queño restaurante abierto hace ya un tiempo y que merece la pena descubrir para dejarse llevar por una carta breve y efectiva (hinojo asado con gamba, calamar relleno de papada…), por la atención de Ekaitz Sáenz de Cámara en la sala, o por su carta de vinos con mucha personalidad. Cocina con mimo, de esa que tanta falta hace.