El cambio social es un proceso que sólo puede entenderse desde la globalidad y en el que juventud y educación son los principales catalizadores. Ésta ha sido la principal conclusión del encuentro internacional de emprendimiento social Youth and Education, agents of social change, celebrado ayer en el Campus de Villaviciosa de Odón de la Universidad Europea y que puso el broche final a la Semana del Emprendimiento Social. La cita sentó las bases para lograr el cambio social, para lo que contó con la participación de 20 jóvenes de distintos países. Durante la mesa redonda Citizens of the future, citizens for the world, estos líderes señalaron que los proyectos de emprendimiento social son las empresas del futuro, tarea para la que es imprescindible que sus dirigentes sean capaces de centrarse en las necesidades reales de las personas, para diseñar soluciones. Sin embargo, para que estas empresas del futuro sean una realidad es preciso una juventud comprometida. Precisamente en esta línea, la directora general del Trabajo Autónomo, de la Economía Social y de la Responsabilidad Social de las Empresas del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, Carmen Casero, reconoció que "para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) necesitamos a los jóvenes", algo de lo que "desde Empleo somos muy conscientes". Al hilo de lo anterior, el director general del Instituto de la Juventud, Javier Dorado, hizo hincapié en la necesidad de que las empresas sean cada vez más responsables debido, en gran medida, a "la capacidad que tiene nuestra generación de ver más allá de los productos".