El sello de certificación ecológica 'BDHI' garantiza que su método es ecológico¿Se imaginan encontrar en la naturaleza ingredientes con un gran potencial en el cuidado de la piel? Ello precisamente es lo que le sucedió a un grupo de expertos en farmacia y cosmética. Tras meses de investigación, descubrieron en el aceite extraído de las semillas de la fresa una fuente de vitaminas con un alto valor nutritivo. El resultado se plasmó meses después en la firma de cosmética natural y ecológica Lanuba. Su directora general y fundadora, Mercedes Simarro, reconoce que "el proyecto surgió gracias a nuestra experiencia previa y la de nuestros colaboradores en formulación cosmética, farmacéutica y en las TIC. A su vez, nuestra zona de residencia, Huelva, tiene un papel muy importante en esta aventura emprendedora, al ser riquísima en producción de fresa". De hecho, esta fruta tiene tres eficaces efectos sobre la piel: "es un potente hidratante y antioxidante, al mismo tiempo que posee propiedades foto protectoras", explica Simarro, quien añade que "incorporamos estos atributos en nuestras formulaciones junto con extractos de otras plantas de la zona que complementan y enriquecen las propiedades de la fresa". Cosmética biocertificada Precisamente por las técnicas que emplean y el fomento de lo natural, Lanuba ha recibido recientemente el sello BDHI, otorgado por la asociación alemana del mismo nombre, que garantiza que sus tratamientos son realmente naturales y ecológicos. Toda una proeza teniendo en cuenta que, como indica su directora general, la cosmética natural tiene unos elevados costes en comparación con la convencional "al depender la producción de los componentes de su fórmula, así como de los ciclos biológicos de la naturaleza", puntualiza. Como reciente compañía -y "nativa digital", como Simarro reconoce-, Lanuba comercializa sus productos vía online en su página web y en Amazon. En Portugal, Italia o Francia quiere seguir desarrollándose, mientras amplia su mercado a Reino Unido, Alemania o Suiza. Además de fomentar una cosmética natural y cien por cien libre de tóxicos, Lanuba desarrolla su labor muy concienciada por el cuidado medioambiental. De este modo, no testa sus productos en animales, se asegura de que los componentes que emplea se obtienen mediante agricultura controlada y, además, no utiliza productos derivados del petróleo. Asimismo, "empleamos envases de vidrio reciclable e inerte para nuestros productos y no utilizamos embalajes, excepto el imprescindible cartón reciclable para los envíos", matiza Simarro. En su empeño de cubrir las necesidades de clientas exigentes, Lanuba sigue investigando lo que las frutas y verduras pueden ofrecer al cuidado dermatológico: "ya estamos desarrollando otras dos líneas de productos basados en frutas muy españolas", concluye Simarro.