"La parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte". A más de uno le habrá venido a la cabeza el mítico gag de Groucho Marx en Una noche en la ópera (1935) al escuchar explicar al Gobierno las fases de la desescalada. Un regreso a la normalidad escalonado y que en el plano laboral está repleto de incógnitas. Volver a las oficinas, a las fábricas, a las tiendas… Sí, pero ¿cómo? Ni siquiera las empresas que ya cuentan con un plan de retorno tienen en realidad demasiado claro cómo se va a articular y supeditan su ejecución a la evolución de la pandemia."Regresaremos cuando sea seguro", dijo hace unos días Carlos Torres Vila, presidente de BBVA, en un encuentro virtual al que asistieron cerca de 65.000 empleados del Grupo. Un regreso a las dependencias físicas de la entidad que, adelantó, se producirá "de forma gradual y siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias en cada país". También Correos ha explicado en un reciente comunicado su plan de reapertura en tres fases de aplicación sucesiva en las que irá ampliando sus horarios de atención al cliente.Devolver a los trabajadores a sus puestos supone un desafío logístico y organizativo enorme para las empresas. Son muchas las variables que hay que manejar para garantizar la seguridad y la protección de la salud de empleados, clientes y proveedores. Unas medidas para las que, además, "no se dispone de un guion previo, al menos de esta magnitud", apunta Susana Marcos, CEO de PeopleMatters. Esta directiva advierte de que, aunque en general las compañías están reaccionando con agilidad, sus movimientos "se están centrando mucho en el corto plazo y en los aspectos más básicos, pero muy poco en los más estratégicos de un futuro post-crisis".Distancia y protección¿Cuáles van a ser las principales preocupaciones una vez se reabran las puertas? "A corto plazo, la necesidad de seguir manteniendo la distancia y la protección necesaria para que no se produzcan rebrotes y poder llevar una vida normal sin miedo al contagio. A medio, garantizar una actividad normalizada para que el negocio pueda operar y se generen ingresos suficientes para hacer viables y sostenibles las empresas y los empleos", resume Marcos.Seguridad es el leitmotiv absoluto de la operación retorno. Porque, como recuerda Alejandro Pociña, presidente de Steelcase, sin seguridad no puede haber productividad. "Es imposible que rindas en tu puesto si mientras estás realizando tu trabajo estás preocupado por tu salud", zanja. Todos los protocolos insisten en esa premisa, con los equipos de protección individual, la higiene y el distanciamiento social como medidas estrella.Respecto a la higiene, Steelcase recomienda que suelos, paredes y cualquier superficie se limpien con frecuencia. Y resalta el valor de asegurar que el espacio cuenta con sistemas de control de calidad del aire, humedad o nivel de CO2.El espacio de trabajo y sus elementos físicos van a jugar un papel singular. "Lo primero será definir la disposición de la oficina: las mamparas, la distancia de seguridad o los pasillos entre las mesas para la circulación", indica Pociña. Aunque tan importante como organizar ese puzle, será explicarlo a sus jugadores por medio de protocolos claros y formación. "Corremos el riesgo de que las personas trabajen bien individualmente, con sus mascarillas y manteniendo las distancias, pero luego se vayan todas juntas a tomar el café", advierte.