Las startups financieras del sector bancario o neobancos comienzan a asentarse entre los usuarios jóvenes, de entre 20 y 35 años, ofreciendo una mayor agilidad en los procedimientos y potenciando los pagos compartidos como aspecto clave para atraer a su público objetivo.En pocos años, han pasado de ser una alternativa incipiente a comenzar a ser tenidas en consideración. Los 350.000 clientes de compañías españolas como Bnext, los 350.000 de la multinacional alemana N26, o los 300.000 de la británica Revolut dan fe de ello.Nuevas alternativas para gestionar las finanzas personales que, aun ofreciendo productos limitados por las licencias bancarias —Bnext consiguió recientemente la de entidad de dinero electrónico del Banco de España, que le permite tener emitir tarjetas y cuentas, pero no captar depósitos—, están convenciendo a los consumidores.Los neobancos están sabiendo recoger la insatisfacción de determinados clientes con la banca tradicional. "La gente tiene una relación de amor-odio con los bancos. Nosotros lo simplificamos porque reducimos la parte de oficinas, permitimos retirar en cajeros de cualquier entidad y tenemos un sistema de descuentos amplio", explica a Efe Alfonso Sáinz de Baranda, responsable de Bnext. Otro neobanco español, Bnc10, alcanzó recientemente los 25.000 clientes y superó los cinco millones de transacciones. Su consejero delegado, Albert Llorens, declara que una de las claves de su propuesta es "hacer que las finanzas sean fáciles".Con una media de edad en sus clientes similar, de entre 34 y 35 años, la aproximación de esta entidad es acercarse a un usuario algo más mayor, que necesita gestionar sus finanzas de forma compartida con su pareja, sus amigos e incluso sus hijos.