Casi el 40% de nuevos enfermos en 2018 se encontraba en edad de trabajar¿Sabría cómo actuar cuando un compañero de trabajo le confía que acaba de ser diagnosticado de cáncer? ¿O qué decirle? ¿Es consciente de que bienintencionadas frases como "entiendo cómo te sientes" pueden provocar lo contrario de lo que pretendía? Advirtiendo que ni directivos ni empleados están preparados para un escenario que se consolida en las oficinas españolas, la aseguradora Cigna España y la clínica MD Anderson Cancer Center de Madrid han lanzado un manual con recomendaciones y consejos básicos para convivir con un problema que afrontan miles de personas. Compartir oficina con un compañero enfermo de cáncer no se tratará de algo extraordinario, sino del escenario más habitual al que nos aproximamos cada año, con el aumento de enfermos diagnosticados en edad de trabajar. En 2018, casi el 40% de los nuevos enfermos se encontraba en edad de trabajar, según datos de la Asociación Española contra el Cáncer. Al cierre de 2019, la Sociedad Española de Oncología Médica estimó la detección de más de 277.000 nuevos afectados de todas las edades, un 12% más que el año 2015. Sin embargo, una abrumadora mayoría de compañías en España no está preparada para gestionar el desafío que supone tener en plantilla a empleados forzados a transitar la situación más estresante de sus vidas. El estudio El cáncer en la empresa. Perspectivas 2020, presentado en otoño por Cigna España y el MD Anderson Cancer Center, ponía de relieve la baja implantación de programas de gestión y prevención del cáncer en el ámbito corporativo español. Solo el 16% de las medianas y grandes empresas de nuestro país cuenta con este tipo de políticas y protocolos integrales, y un paupérrimo 20% ofrece programas de prevención. Gestión humanaLa aseguradora norteamericana especializada en salud y la filial madrileña del prestigioso centro oncológico fundado en Houston unen fuerzas ahora para lanzar un manual con recomendaciones específicas en la gestión humana y profesional de una de las enfermedades más temidas con las que habrá que convivir en el trabajo. La guía funciona como brújula para que directivos y personal de cualquier tipo de empresa acompañen al enfermo en una ruta de aguas turbulentas y amenazadoras. El cáncer en la empresa: apuntes prácticos para Recursos Humanos pone especial atención en aspectos tan básicos como lo que debemos decir o no a un compañero que nos comunica su dolencia. Por ejemplo, en el lado de lo que no debe decírsele, destaca que no se le debe pedir que sea positivo; evitar expresiones como "entiendo cómo te sientes", que puede ser bienintencionada, pero que lejos de reconfortar tiene un efecto antiempático; o evitar comentarios sobre el aspecto físico del paciente, ya sean positivos o negativos.En la otra parte, destacan frases alineadas con la empatía hacia el enfermo y destinadas a transmitir apoyo, interés y preocupación de un modo prudente. Por ejemplo, ofrecerle apoyo, mostrarle preocupación real o estar dispuesto a ayudarle cuando lo solicite. Resulta idóneo prestar atención a las señales que emite el afectado y a sus tiempos. Algunas personas se sienten cómodas compartiendo lo que les está sucediendo, pero otras, en cambio, son muy reservadas y necesitan un ritmo diferente. En ambos casos, hay que respetar esas necesidades cambiantes. Es mejor no hablar si no se sabe qué decir. Hablar poco, escuchar mucho y aprender a tolerar los silencios son las actitudes que más ayudarán al compañero diagnosticado de cáncer.Momentos claveEl manual también establece cuatro momentos claves para afrontar el diagnóstico de cáncer en el seno de una compañía. La primera se refiere a una fase de prevención o "prediagnóstico", en la que debe definirse un protocolo de actuación para Recursos Humanos, los médicos de la empresa —si los hubiera— y los directivos y mandos intermedios. Debe de transmitirse un mensaje homogéneo y unívoco al gestionar la situación, en el momento en que surja. La guía recomienda elaborar una hoja de ruta de gestión del impacto entre los empleados, que incluya recomendaciones concretas para ayudar a normalizar el escenario, evitar la exclusión del enfermo y respetar su privacidad y sus tiempos. En la fase de diagnóstico, se aconseja desplegar un apoyo psicológico desde la empresa a su trabajador enfermo, facilitar la normalización de sus emociones negativas, colaborar en una inclusión plena en el día a día corporativo y establecer charlas terapéuticas con otros compañeros que hayan pasado por la enfermedad. Asimismo, es adecuado implementar un calendario de evaluación con el afectado, para conocer cómo va evolucionando y adaptándose a su nueva realidad. Durante el tratamiento, el manual de Cigna y el MD Anderson Cancer Center sugiere a las empresas que ayuden a su empleado a gestionar todo el proceso con medidas como la flexibilidad horaria a través de teletrabajo, por ejemplo; la conciliación del trabajo con la familia y el tratamiento médico; una reasignación de tareas si fuera necesario por el estado de salud del enfermo; el establecimiento de períodos de descanso durante la jornada laboral y ofrecer la opción de alargar las bajas médicas estándar reconocidas.