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España todavía lucha por colocar a De Guindos en el BCE o en el Mede
Isabel Acosta, Jorge Valero
La derrota de la candidatura española para la Presidencia del Eurogrupo abre nuevas y más altas opciones para nuestro país, por las que el Gobierno luchará desde ahora.
España aspira a ocupar la vicepresidencia del Banco Central Europeo (BCE) cuando se produzca el relevo del actual titular del puesto, Vitor Constancio. En este sentido, el ministro de Economía español, Luis de Guindos, manifestó el pasado martes estar "convencido" de que la próxima vacante que quede en el Eurobanco será para nuestro país.
Según fuentes próximas al Gobierno, a De Guindos se le ofrecería ese puesto o la dirección del Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede), que ahora lidera el alemán Klaus Regling. Ya España se postuló en el pasado para asumir el liderazgo del Mede, con la candidatura de Belén Romana, expresidenta de la Sareb y persona de máxima confianza del ministro.
Desde Economía matizan que Guindos no se refería a él mismo cuando dio por seguro que España tendrá pronto su silla en el BCE, algo que otras fuentes próximas al Ejecutivo atribuyen a que el ministro optaría por un destino donde su puesto sea el de primer orden en el organigrama.
Por su parte, el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, reforzó el martes la pujanza de nuestro país para obtener un puesto de relevancia máxima en Europa. Se va a ofrecer a España, dijo, un cargo "tan importante o más" en las instituciones comunitarias. Fuentes parlamentarias añaden que no se refería al banco de Fráncfort, algo que apuntaría a algún alto estamento comunitario.
Impacto de la crisis griega
La aspiración del presidente, Mariano Rajoy, de colocar a De Guindos al frente del Eurogrupo se vio truncada el pasado lunes, al perder España por 9 votos frente a los 10 que obtuvo el holandés Jeroen Dijsselbloem.
El jefe del Ejecutivo persiguió ese puesto para el ministro de Economía durante más de año y medio, logrando incluso el apoyo público de la canciller alemana Angela Merkel. Pero el recrudecimiento de la crisis griega y las posturas encontradas de Francia y Alemania durante la negociación determinaron la derrota española.
Fuentes próximas al Gobierno desgranan el pacto no escrito entre Francia e Italia, más permisivos con Grecia, y cómo hicieron campaña contra el español por el alineamiento de nuestro país con Alemania en la firmeza frente a las veleidades helenas.
Sin un 'trofeo' hasta 2017
Tras haber perdido España su oportunidad de pescar una silla en el reparto de grandes puestos, se queda sin trofeos a la vista al menos durante un tiempo. Por esta razón, las distintas fuentes consultadas en las instituciones europeas y en las capitales o no tienen conocimiento de las aspiraciones españolas o directamente consideran que es demasiado pronto para especular sobre el asunto.
El mandato de cinco años del director gerente del Mede, el alemán Klaus Regling, expira en octubre de 2017. Por su parte, la silla del vicepresidente del BCE, Vitor Constancio, se quedará libre a principios de 2018.
Si España se lanza a la carrera para estos puestos, tendrá que recurrir a campañas y estrategias diversas, no sólo porque la decisión depende de dos cuerpos diferentes, sino también porque el candidato seguramente no sería el mismo. El responsable del Mede es elegido por el Consejo de Gobierno del mecanismo, formado por los ministros de Finanzas del euro. Algunas fuentes consultadas sí creen que Guindos podría encajar para este puesto, a pesar de que Regling, el único que ha ocupado el cargo hasta ahora, tiene un perfil más técnico.
Un perfil alejado del BCE
En el caso de la vicepresidencia del BCE, y como en el caso de todos los puestos del Consejo Ejecutivo del Eurobanco, la elección corresponde al conjunto de los líderes de la UE (Consejo Europeo) y se basa en una recomendación de las propias capitales de los 28 (Consejo), en consulta con el Parlamento Europeo y el Consejo de Gobierno del BCE (que forma el Consejo Ejecutivo más los gobernadores de los bancos centrales de los 19 estados miembros). Al contrario de otras decisiones del Consejo Europeo, la elección no requiere unanimidad sino una mayoría cualificada.
Sin embargo, el perfil de Guindos se desmarca del de sus antecesores, ya que normalmente los elegidos no son políticos, sino que proceden generalmente de los bancos centrales nacionales.
Si España empieza a maniobrar demasiado pronto, corre el riesgo de que la jugada termine perjudicando a sus propios intereses ya que podría provocar malestar sobre todo en aquellos que ocupan la cartera, como sucedió con el reelegido presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijssebloem.
El ministro de Finanzas holandés se vio forzado a pelear por su puesto 10 meses antes de que quedara libre, ya que desde el Gobierno español se le veía en otros puestos como el Mecanismo Único de Resolución.
A pesar de estas tiranteces del pasado, el holandés consideró "justa" la reclamación española de las sillas de poder, dada su infrarrepresentación en la cúpula institucional europea. "España es un gran país y tiene derecho a estar representado en la UE", dijo Dijsselbloem el pasado lunes. "Estoy seguro de que habrá otras oportunidades", zanjó.