Fútbol

Piqué se fue a por Mateu Lahoz tras el partido: tuvieron que separarlo del árbitro

  • El árbitro no reflejó nada en el acta. De hacerlo, podrían haberle sancionado
Piqué protesta a Mateu señalándole con el dedo mientras el delegado del Barça le separa del árbitro. Imagen: Movistar Partidazo.

EcoDiario.es

Gerard Piqué, central del FC Barcelona, vio desde el banquillo como su equipo empataba contra pronóstico contra Las Palmas (1-1). En los instantes finales del partido, el catalán vivió agitado la escena. No paraba de dar órdenes desde el banquillo. Parecía el segundo entrenador. Acabado el duelo, Piqué se transformó y dejó de lado su condición de jugador, amén de esa ficticia pose de técnico asistente, para mutar en un aficionado irritado. El catalán se marchó directo a por Mateu Lahoz, árbitro del partido. Iba desatado. Tuvieron que frenarlo.

El delegado del equipo, Carles Naval, lo frenó a tiempo cuando se dirigía diciéndole todo (o eso parecía por televisión) al valenciano. Le señaló varias veces con el dedo en tono indignado, enfadado.

Seguramente entre las cosas que le reclamó estuvo el penalti pitado por manos de Digne (supuso el 1-1) o que no expulsara a Chichizola por tocar la pelota con la mano fuera del área (ocurrió en el primer tiempo).

Le dijera lo que le dijera, Piqué estaba enfadado. Le señaló con el dedo en varias ocasiones y luego se marchó al vestuario molesto con su actuación. Por eso se encaró con el colegiado con formas que podrían haberle provocado una sanción de haberse recogido en el acta. Pero Mateu no lo hizo. Y para los comités españoles, si no aparece en el acta es (casi) como si no hubiera pasado.

Después del partido también hubo otros enfados. Los de Valverde y Amor. El primero fue el más explicito al afirmar que el resultado les había hecho daño por haber empatado tras un "penalti invisible".