Fútbol

Saúl Ñíguez quiso quitarse un riñón para jugar al fútbol: lo frenó el Mono Burgos

  • En 2015 sufrió un golpe que le dejó el órgano "destrozado": jugaba con catétetr
  • "'Doctor, quíteme el riñón. Tengo otro', le decía cuando llegó el Mono"
  • "Cuando hablé con él lo vi ¿Qué pasaba si tenía un problema con el otro riñón?"
Saúl celebra en Leverkusen un gol besándose el tatuaje que se hizo tras el percance que, precisamente, empezó en Leverkusen. Imagen: Reuters

EcoDiario.es

Saúl Ñíguez, mediocampista del Atlético de Madrid, lo pasó mal hace apenas tres años. En un partido de la Champions, un golpe en el costado le provocó serios fallos en un riñón. Aquello se convirtió en una pesadilla para él y su familia. Tanto, que pensó incluso en que le extirparan el órgano para jugar sin él. Una decisión kamikaze que sólo frenó Germán, el Mono, Burgos, segundo entrenador de los colchoneros.

Saúl lo cuenta en una entrevista con Sid Lowe en The Guardian, con motivo de la visita del Chelsea.

"Tenía el riñón destrozado", empieza a explicar. "Lo más duro era estar tumbado en la camilla y ver a mi padre llorando. Le dije 'papá, está bien, soy un toro y puedo con esto'", comenzó a explicar.

En un primer momento Saúl comenzó a jugar con un catéter que le daba cierta opción de hacerlo sin problemas, pero que terminó convirtiéndose en un problema.

"El catéter te da funcionalidad, pero era complicado, lo sentía cuando corría y orinaba sangre. Alguno quizá habría dicho basta, pero no yo. El problema era que, cuando me quitaron el catéter, mi riñón no funcionaba correctamente", relata Saúl.

Al jugador le dieron dos opciones. "Jugar durante un mes... o parar durante un mes. Yo respondí que no, que quería jugar, que pusieran el catéter de nuevo. Pero me dijeron que no era tan sencillo", continúa

"Estaba cansado de todo esto, así que dije. 'Doctor, sólo quíteme el riñón. Quítemelo. Estaré fuera un mes, pero estaré de vuelta para entonces. El doctor se negó y empezó a decir que probara ésto y lo otro. Y yo les respondía que sí, que probaría, pero si no funcionaba... ¿qué?. Sólo quería volver a jugar y volver bien. Sentirme bien. Olvidar todo. Ser normal. Jugar al fútbol", describe Saúl su desesperación.

Entonces llegó el Mono. Y todo cambió. "Llegó y me dijo. 'El doctor dice que estás hablando de quitarte el riñón... ¡Pero si tienes 22 años! ¿De qué estás hablando? Usa la cabeza'. Pero yo sólo estaba pensando en el fútbol, en quitármelo y jugar. Y pensé que perder el riñón estaba bien porque tenía otro. Pero el Mono me contó todo lo que él pasó [sufrió un cáncer testicular], me miró a los ojos y me insistió en que pensara en mi vida. Lo vi. La seriedad. El futuro. ¿Qué pasaba si tenía un problema con el otro riñón? No había salida. Así que pusimos el catéter de vuelta", añade.

El catéter ya no está, pero Saúl admite que llegó a jugar muy bien con él. "¿Cómo dice el cliché? Lo que no te mata te hace más fuerte... Pues en mi caso supongo que no ha sido sólo un tópico", concluye.

Tras aquello, Saúl se hizo un tatuaje. "La fuerza no proviene de la capacidad corporal, sino de la voluntad del alma", reza. Cada vez que marca un gol, se lo besa. Como a principios de año en el Leverkusen Arena, donde comenzó esta pesadilla que ahora es sólo una experiencia pasada para el jugador.