Fútbol

Las burlas del vestuario del Real Madrid a Rafa Benítez: "Nos han dado un meneo"

    Rafa Benítez, en un entrenamiento. <i>Imagen: EFE</i>.

    EcoDiario.es

    El feeling entre el vestuario del Real Madrid y Rafa Benítez no es el mejor posible. Se desprende de las filtraciones a los medios de comunicación, del lenguaje no verbal de los jugadores, de sus declaraciones, de sus gestos... un cúmulo de señales que hablan de una plantilla un tanto alejada de un técnico con el que no congenia.

    Hoy en As el periodista Marco Ruiz recoge un detalle que refleja lo que ocurre en las bambalinas del club. Todo ocurrió tras el Real Madrid-PSG, que se saldó con una victoria de los blancos por la mínima con un gol de Nacho pero que evidenció el mal juego local por la dominación absoluta de los franceses los 90 minutos.

    Al término del duelo, Benítez reunía a los jugadores en el vestuario y les felicitaba por el partido. "Estoy muy contento, hemos jugado muy bien", dijo el técnico, lo que provocó una respuesta un tanto irónica por parte de un sector importante de la plantilla, que evitó contestar y en algún caso tuvo que reprimir la risa.

    Algunos no pudieron evitar responder, aunque estuviese Benítez delante. De hecho, y sin aparente intención de que se escuchase por todos, en el silencio que siguió a la intervención del entrenador surgió un "No, nos han dado un meneo importante". Una negación que demuestra la desilusión que de cuando en cuando embarga al conjunto.

    Porque la alegría en el juego ha desaparecido por completo en los jugadores. Se acude a Valdebebas casi con la perspectiva de ir a un trabajo a cumplir con las estrictas directrices de un entrenador que no da rienda suelta a a creatividad, a la iniciativa propia del plantel.

    Benítez es un tipo especial, un obseso del fútbol en todas sus aristas. Su perfeccionismo ha llevado a situaciones que se han observado con incredulidad dentro de la plantilla: desde corregir lanzamientos de falta a Cristiano, como marcas a Sergio Ramos. El afán por controlar todo saca de quicio ya a unos jugadores que le apodan 'El Chapas'. Un mote como síntoma de una desesperación creciente en un grupo considerable del vestuario.