El caso Sergio Ramos y el agravio del Real Madrid con Xabi Alonso y Arbeloa

Sergio Ramos y Florentino Pérez hablaron ayer. Lo hicieron a iniciativa (cuentan desde el Real Madrid) del presidente. Fue una conversación telefónica tensa en la que uno, el mandatario, trataba de poner calma y el otro, el jugador, mostraba su indignación por lo acontecido en torno a su persona en los últimos días. Durante la conversación salieron un puñado de reproches de boca del defensa. Uno de ellos es el que apuntaba al agravio comparativo que ha cometido el club entre los casos del propio Ramos y Casillas con la situación de Xabi Alonso y Álvaro Arbeloa.

Cuenta el diario Marca que el defensa, llegado a un momento de tensión de la conversación, le recordó al presidente que tras la Eurocopa de 2012, la segunda consecutiva para 'La Roja', le prometió a sus jugadores españoles participantes en el torneo una mejora de contrato.

Dos años más tarde, una vez se consiguió la Champions League el presidente repitió promesa con el propio Ramos como protagonista único de este guiño.

Pues bien, pasado el tiempo de una y otra cita, Ramos no ha visto cumplida la palabra del mandatario. Casillas, otro de los afectados por la promesa de 2012, tampoco. Sin embargo, Arbeloa y Xabi Alonso sí que vieron como sus emolumentos mejoraban y su vínculo con la entidad se expandía.

Según el entorno de Ramos, uno y otro, son jugadores dóciles que representan la idea de madridismo que le gusta al presidente, a Florentino Pérez. Se da también la casualidad de que los dos son futbolistas afines a José Mourinho.

Sea por un motivo o por otro, Ramos y los suyos no han acogido con buenos ojos las facilidades dadas a los dos futbolistas para renovar. Arbeloa lo hizo en 2012 al poco de concluir la citada Eurocopa. Xabi Alonso lo consiguió a principios de 2014.

En el caso del tolosarra, las facilidades no sólo se dieron para mejorarle el contrato, sino también para dejarle salir cuando, apenas seis meses después, pidió que le dejaran salir a falta de tres días para que se cerrara el mercado estival.

Su deseo era reforzar a un rival directo de los merengues en Europa, un Bayern de Múnich que apenas invirtió 15 millones para hacerse con sus servicios.

Dice el entorno de Ramos que frente a esta actitud dócil, en su caso no sólo no le han renovado sino que ahora que está pidiendo salir, el club se niega, rechaza una oferta de 50 millones de euros del Manchester United e insiste en exigir casi el doble, esto es, 100 millones por su marcha.

Es en casos como éste en el que nace el enfado de Ramos con el club y en especial con su presidente, Florentino Pérez, motivo principal por el que, insisten desde su entorno, el jugador quiere que marcharse del Real Madrid.