Del aviso de Messi a Neymar a la empatía con Suárez: los cimientos del tridente del Barcelona
EcoDiario.es
La estampa se ha repetida en no pocas ocasiones: Leo Messi, Neymar y Luis Suárez celebrando un tanto. En este caso concreto, no se trata de la alegría puntual provocada por la consecución de un gol. Es algo que va más allá y que se entronca con una gran relación de amistad. Una alianza a tres bandas que ha llevado al Barcelona a conseguir su segundo triplete, una hazaña única en la historia del fútbol.
El País repasa la estrecha relación que ha unido al tridente ofensivo del Barcelona y por la que se entiende buena parte del momento de forma de tres jugadores que han sumado la impresionante cifra de 122 goles. Y es que, cimentando su amistad, conociéndose fuera del campo, fueron capaces de interpretar qué le convenía a cada cual en el césped. Las consecuencias ya son conocidas: ese cambio de Messi y Luis Suárez, intercambiando posiciones para dar con la mejor versión de uno y otro.
Los tres jugadores admiten que conocerse mejor les ha llevado a alcanzar la mayor sintonía posible en el campo. Después de cada partido, los tres (y varios jugadores más de la plantilla como Alves, Bravo o Mascherano) se reunían para tomar un asado y hacer piña. Fuera de lo meramente profesional, todos comenzaron a percibir las buenas vibraciones de los miembros del tridente. A partir de enero se reflejó en el campo lo que ya se veía venir: la foto de los tres, abrazados, después de la victoria ante el Atlético de Madrid en Liga en el Camp Nou era la viva imagen de lo que ocurría entre bambalinas.
Varios factores tienen mucho que ver en esta unión. Y algunos dependen de los pequeños detalles. Como la empatía de Messi con la sanción a Luis Suárez. Recordaba el argentino el periodo en el que no pudo jugar con el Barcelona al estar sin ficha unos meses después que la Liga no se la tramitase.
O cuando el '10' se dirigió a Neymar para que el brasileño le perdiera el respeto: que intentara hacer las cosas a su manera, que no buscase siempre el pase a él. En este sentido, la relación con el brasileño es algo diferente, pues adopta con él un papel que en su día Ronaldinho hizo cuando llegó al vestuario del primer equipo: el de una especie de tutor.
Tras la final de la Champions, los tres posaban exultantes con la 'orejona', el último gajo del triplete y el broche a una relación de oro. Su amistad triunfa dentro y fuera del tapete, y el barcelonismo sonríe gracias a ello.