Fútbol
La benevolencia de Ancelotti sepulta a Sergio Ramos
EcoDiario.es
El mayor de los debates que generó el Juventus-Real Madrid fue el que se formó en torno a la actuación de Sergio Ramos. Como interior derecho, el de Camas fue uno de los dos blancos (junto a Bale) de las críticas. Su influencia en el juego no fue nula, y su aportación estuvo lejos de mejorar el fútbol blanco. Ante un rival de verdadera entidad, naufragó.
Aunque Carlo Ancelotti no ha descartado que vuelva jugar en la misma posición ante el Valencia, pero el equipo se expondría a los mismos males que sufrió en Turín. Las dos veces que Ramos ocupó esa plaza del campo, el Real Madrid consiguió dos victorias de suma importancia: una le dio el pase a los cuartos de final; otra le permitió seguir con opciones en Liga.
El trabajo del '4' fue alabado y lo cierto es que la presencia de Ramos tuvo efectos beneficiosos (liberó a Kroos) y le sirvió de venganza contra la directiva, ya que salió victorioso con un método que no le trajo beneficios en el fatídico partido contra el Barcelona el año pasado. Pero el ruido sobre las vitales victorias no permitió ver (tampoco a Ancelotti, por supuesto) con claridad que la exigencia a la que fue sometido el de Camas no fue la del día de la Juventus. De ahí el cambio en los rendimientos.
Contra el Atlético, el Real Madrid apenas tuvo que defender. El equipo de Simeone se concentró más en atrincherarse que en otra cosa, y la labor de Ramos fue sencilla, ya que la mayoría de contras rojiblancas se producían en una patente inferioridad de efectivos. Simplemente por acumulación de hombres, el Real Madrid no sufrió. El partido blanco no fue brillante a nivel de ataque, y ahí Ramos no aportó gran cosa. Tampoco fue casualidad que el equipo de Ancelotti marcase cuando jugó contra 10 ante un equipo ya bastante limitado en sus opciones.
Contra el Sevilla, en un partido especial para el análisis, el Real Madrid sufrió a pesar de tener a Ramos en el doble pivote. Emery (que tiene el reto de ganar la Europa League, lo que condiciona los esfuerzos de la plantilla) fue más conservador que de costumbre, pero tuvo en la segunda parte tramos de dominio donde el Real Madrid se salvó del empate por azar y por Casillas. El centro del campo no logró imponerse, a pesar de contar con cuatro efectivos y uno de ellos de tantas labores defensivas como Ramos.
En resumen: los dos partidos de Ramos fueron de aprobado, contra rivales que no mucho lejos dieron su mejor versión (el Sevilla sí apretó en la segunda parte). La fórmula había funcionado, pero por lo justo. No fue exigida en lo defensivo a 'nivel élite' más propio de Champions, y la inclusión del '4' no mejoró la circulación del balón en ataque.
Las altas expectativas creadas en los dos duelos precedentes se estrellaron contra lo que se vio en Turín. Y la benevolencia de Ancelotti sepultó los méritos de Ramos en el centro. "No pensé que era temerario con Ramos cuando ganamos al Atlético y al Sevilla", ha dicho hoy en rueda de prensa. Sin embargo, el suspenso en Turín es una realidad.