Fútbol

Xavi se ríe de las dificultades en el Barcelona

    Xavi, en el partido ante el Celta. <i>Imagen: Reuters</i>.

    EcoDiario.es

    Xavi Hernández cambió al Barcelona ante el Celta. Con la entrada del futbolista de Terrasa, el equipo culé fue otro, tuvo la clarividencia que faltó durante buena parte del encuentro y consiguió, con mucho sufrimiento, llevarse una victoria muy importante de Balaídos. El camino del '6' está siendo una montaña rusa en este curso 2014/2015, pero poco a poco la balanza se decanta a su favor.

    En otro papel, pero el egarense sigue siendo trascendente. A sus 35 años, ha demostrado que puede ser importante en el Barcelona. Como suplente, pero igual de relevante. Bastan los ejemplos de los dos últimos partidos del Barcelona. Contra Real Madrid y Celta, Xavi fue el jugador que cambió el guión y llevó al equipo al lugar donde quería instalarle Luis Enrique.

    En cada uno de estos dos partidos, fue diferente la misión del centrocampista, pero saldó las dos con un resultado más que positivo. Ante el eterno rival, Xavi saltó al césped con la orden de dormir el partido, de ahorrarle sufrimiento al equipo. Lo consiguió, y en ese tramo del choque fue cuando el Barcelona pudo hacer sangre. No ocurrió, pero la entrada de Xavi trajo lo que precisamente se buscaba: cortar todo tipo de sufrimiento ante un contrincante que puede generar peligro de la nada.

    Siempre con una idea por delante del resto, distribuyó el balón a uno y otro lado, parando el ritmo alocado al que el Barça se abandona con frecuencia, instado por las características de su nuevo modelo de juego. En Balaídos también impuso su batuta, aunque de manera diferente.

    Pedía el partido una mayor circulación de balón, menos precipitación para poder crear peligro y una mayor seguridad en los pases para evitar pérdidas. En general, pedía sosiego, paciencia, cabeza fría: todas ellas virtudes que ha perdido en cierta medida el cuadro de Luis Enrique. Pues bien, la entrada de Xavi fue mano de santo.

    En 36 minutos, dio una exhibición de cómo cambiarle la cara a un equipo. Por él pasó toda operación, y con él en el campo fue cuando el Barça se volcó sobre la meta de Sergio Álvarez. Con un 81% de precisión en el pase, aportó más toques que Rafinha en el doble de tiempo, y de sus botas nació la falta que acabó en el gol de Mathieu. El broche a un partido de apenas media hora que marcó la diferencia. La segunda vez consecutiva que aparece desde el banquillo para salvar a su equipo.

    A pesar de todo lo que se rumoreaba al respecto de Xavi, ha sabido asumir con naturalidad (y lo más importante) y responsabilidad el rol de jugador de refresco, a ser un recurso y no un efectivo insustituible. Luis Enrique le planteó un desafío (ese "si no te pongo, no me toques los c...") y él ha respondido poniendo toda la carne en el asador. Con la ilusión de un recién llegado.

    "Él sabe que puede decidir quedarse un año más o irse, se ha ganado ese derecho y es su decisión", aseguró Josep Maria Bartomeu. Luis Enrique también deseó que 2015 no sea el último año de Xavi en el Barcelona, que tiene ante la misión inevitable de frenar una salida catarí a un jugador al que aún le queda mucho que dar.