Fútbol

Gareth Bale no aprende la lección 'anti-presión' de Neymar

    Bale y Neymar, en el Clásico. <i>Imagen: EFE</i>.

    EcoDiario.es

    "Es un muy buen jugador atado a un precio y eso le ha generado una presión que cuesta resolver". Jorge Valdano, una de las voces autorizadas del madridismo, daba una clave para entender mejor lo que le pasa a Gareth Bale en el Real Madrid. Llegar avalado por una gran oferta económica puede suponer un peso extra. El galés lo sufre.

    Al igual que le ocurrió a otros muchos en el Real Madrid, Bale aterrizó en La Castellana previo pago de una sustanciosa cantidad de dinero, en este caso, rondaría los 90 millones de euros. Una inversión importante en el mundo del fútbol (a falta de lo que se esclarezca en el 'caso Neymar', es el segundo fichaje más caro de la historia de este deporte) que ha tenido como consecuencia que se haya elevado el listón de exigencia.

    Esta circunstancia ha aumentado la presión sobre el '11', que de momento ha dado una de cal y una de arena. Ha brillado en momentos clave (como la final de Copa y las semifinales de Champions ante el Bayern del curso pasado), pero sigue siendo un jugador desconectado del resto del conjunto. Es el que menos anota de la 'BBC' (con 16 tantos) y no se adapta los requerimientos defensivos que de él precisa Carlo Ancelotti.

    El hecho de que cualquier fallo suyo esté expuesto a un mayor juicio no mejora la situación. La respuesta del galés a las críticas no fue la mejor: dando una patada al banderín y llevándose las manos a los oídos. El '11' no supo asumir como propia la responsabilidad que conlleva el estatus de estrella con el que llegó al club más cortoplacista y exigente del mundo del balón.

    Volviendo a la comparación con Neymar (los dos llegaron en el mismo mercado de fichajes y fueron sometidos a un proceso de igualación por los roles que iban a desempeñar en sus clubes), el de Cardiff pierde el duelo de aclimataciones y de soportar circunstancias adversas. El brasileño tardó en adaptarse a una nueva forma de hacer las cosas y de jugar, pero su segundo año ha sido muy diferente.

    Ahora, el de Mogi des Cruzes es otro: es cierto que pasa por un pequeño bache, pero fue capaz de sustentar al Barcelona en los primeros meses de competición, dejando a un lado todos los problemas judiciales que su contratación ha generado. Aislado del ruido mediático provocado por el proceso sobre Bartomeu, Rosell y el propio Barça (actuando su propio padre como testigo), el blaugrana ha conseguido superar la barrera de la presión. Lo que no ha conseguido Gareth Bale.