Fondos

Cómo ser ahorrador cuando cobras el salario mínimo

  • Ser joven e intentar ahorrar en España es una tarea difícil...
  • ...pero con planificación y disciplina es posible comenzar a hacerlo
Joven ahorradora. Imagen: Istock

Isabel M. Gaspar

Dice el refranero español: "Si quieres que el dinero no te falte, el primero que tengas no lo gastes", una premisa que en España no es nada fácil de cumplir si eres joven. Principalmente teniendo en cuenta que el sueldo medio de las personas menores de 34 años no supera los 20.000 euros al año, según la encuesta de estructura salarial elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Tan difícil está la situación que, como refleja el nuevo informe del Observatorio de Emancipación Juvenil que realiza el Consejo de la Juventud de España, el 81% de los menores de 30 años sigue viviendo con sus padres.

Del 19% restante, si quisiesen vivir de alquiler en solitario, necesitarían destinar más del 90% de su salario solo al pago de la mensualidad -los expertos recomiendan no rebasar la cota del 30%-. Y es que el pasado mes de agosto el precio medio del alquiler tocó un nuevo máximo histórico al situarse en 11 euros por metro cuadrado -un piso de unos 80 metros rozaría los 900 euros al mes-. Con esta fotografía encima de la mesa, se hace difícil pensar en el ahorro.  

¿Qué se puede hacer entonces? "La clave es apartar de nuestros ingresos, tan pronto como estos se produzcan, esa pequeña cantidad que podemos ahorrar, y ser exigente con ello. Debemos convencer a los jóvenes de que el ahorro se puede empezar con pequeñas cantidades, que con el paso del tiempo vamos a poder aumentar", explica Javier Niederleytner, profesor del master en Bolsa y Mercados Financieros del IEB. Por tanto, cualquier cantidad, por insignificante que parezca, es susceptible de ir a la hucha. Por ejemplo, si tu única posibilidad es guardar 5 euros al mes, al final de año tendrás ahorrados 60 euros. Con 10, lograrás 120 euros y con 20 hasta 240 euros.  

"El español conoce bien los productos de endeudamiento, como las hipotecas, pero no tanto los de inversión", explica José Luis Manrique, de Inverco

Además de los pobres salarios, no hay que olvidar la escasa formación financiera de los españoles. De hecho, más de un 40% de las personas entre 18 y 34 años considera que lo que saben sobre conceptos financieros es poco o muy poco, como refleja la Encuesta de Competencias Financieras elaborada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores y el Banco de España. Como explicaba hace unos meses José Luis Manrique, director de estudios y estadísticas de Inverco, a elEconomista, "se está produciendo una asimetría en el ahorrador español. Por una parte, conoce bien los productos financieros de endeudamiento -préstamos, hipotecas-, pero por otra no conoce tan profundamente los productos de ahorro-inversión, como fondos de inversión o planes de pensiones". 

Por ello, para muchos expertos la principal medida que hay que tomar es la de fomentar la educación financiera, ya desde edades tempranas. "En ese sentido Italia está avanzando muchísimo y es un ejemplo. Allí existe la Asociación de Educadores y Planificadores Financieros que, a mi juicio, lo está haciendo magníficamente. Precisamente esta asociación, en su versión española, está empezando a andar ya en España, avanza aún de forma lenta pero está despertando su alboroto", indica Miguel Ángel Bernal Alonso, director de comunicación de la Asociación, además de miembro del Comité Certificador de educadores y planificadores financieros. 

Desde este organismo quieren dejar claro que es un error creer que "un curso de educación financiera consiste en aprender a invertir en los mercados financieros, la bolsa, el oro, los bitcoins, etc. La mayoría lo aprenden, por desgracia, después de perder los ahorros en el intento. La educación financiera no habla sobre productos o mercados, se ocupa de la economía personal. De los productos financieros y de los mercados se han de ocupar los profesionales, no yo, es algo así como si yo mismo me quiero ocupar de saber qué medicamento comprar en la farmacia cuando enfermo". Por ello, la formación también es clave para saber a qué profesionales hay que acudir para sacar rentabilidad a los recursos económicos a través de productos financieros. En este sentido, según el VI Barómetro del Ahorro del Observatorio Inverco, los jóvenes tienen preferencia por un asesor financiero o un asesor telefónico.  

¿Todavía no te motiva ahorrar?

¿Nada de lo que has leído hasta ahora te ha motivado para pensar en ahorrar? Pues quizá este sea uno de los mayores argumentos que debas tener en cuenta: la jubilación. Aunque te parezca que queda mucho para ella, créelo, no serás eternamente joven y dada la pirámide poblacional de España, en la que cada vez hay más personas mayores y menos niños, es probable que la pensión estatal que recibas no alcance para cubrir tus necesidades y, en ese momento, te alegrarás de haber planificado tu retiro y contar con ahorros. "Si no ahorramos más y mejor, viviremos más, pero en condiciones más precarias. Cuanto antes lo entiendan nuestros jóvenes, más tiempo tendrán para preparase", indican desde CFA Society Spain. 

Si ya te has concienciado de lo importante que es el ahorro, tienes diferentes vehículos a tu disposición. El clásico lo guardo debajo del colchón no es el más adecuado por un motivo, la inflación, que es la subida generalizada de los precios de bienes y servicios a lo largo del tiempo. Cuando ahorramos, lo hacemos con la expectativa de mejorar nuestro poder adquisitivo en el futuro, por lo que si no superamos la subida del coste de la vida acabaremos perdiendo dinero. Por poner un ejemplo, lo que se compraba en 2009 con 1.000 euros hoy requeriría más de 1.500 euros, según la calculadora del Instituto Nacional de Estadística (INE). Por ello, a la hora de ahorrar deberías elegir fórmulas que tengan como objetivo batir a la inflación, que en noviembre se situó en el 0,4%. El objetivo del BCE es mantenerla en el 2%.  

A este respecto, existen varias opciones en el mercado. Lo primero que debes tener en cuenta es que nadie da duros a cuatro pesetas, es decir, que si te ofrecen altas rentabilidades (el beneficio que vas a obtener) con poco riesgo, desconfía. Una vez decidido qué riesgo quieres asumir, hay que delimitar con qué objetivo quieres ahorrar: comprar una casa en el futuro, un vehículo, viajar... Esto acotará más cuál es el producto adecuado. Del mismo modo, hay que tener en cuenta la liquidez, es decir, la capacidad que tienen los productos de convertirse en dinero en efectivo. Por ejemplo, una cuenta remunerada permite disponer del 100% del dinero acumulado sin penalización. Por contra, los planes de pensiones solo se pueden rescatar en casos muy concretos.  

Los productos más utilizados por los jóvenes que ya ahorran son los depósitos y los planes de pensiones

Enrique Juan de Sentmenat de Soroa, delegado territorial de EFPA España en las Islas Baleares, explica que "hoy en día existen diversas formas de generar un ahorro, pero las más importante es la disciplina que tienen que tener para entender el ahorro como algo ineludible. Las aplicaciones para controlar gastos e ingresos, que envían avisos sobre descubiertos comisiones o crear presupuestos, son una buena manera de tener las finanzas particulares controladas. A nivel de producto, existen muchas alternativas que permiten aportaciones mensuales, permiten disponer del capital en caso de necesidad e invierten en función de un perfil de riesgo marcado por el cliente, desde EFPA recomendamos siempre acudir a profesionales cualificados para obtener la mejor orientación en la gestión del ahorro".  

A este respecto, los productos más utilizados por los jóvenes que ya ahorran son los depósitos y los planes de pensiones. Los primeros tienen su principal ventaja en la seguridad que ofrecen, ya que hasta 100.000 euros están cubiertos por el Fondo de Garantía de Depósitos, es decir, pase lo que pase, no perderías el dinero hasta esa cantidad.  

Su principal inconveniente es la baja rentabilidad que ofrecen -recuerda, el objetivo es batir a la inflación-. "Los más jóvenes tienen un activo importante: el tiempo. Un horizonte que permite asumir riesgos financieros invirtiendo, por ejemplo, en renta variable", indica Olivier de Berranger, director de gestión de activos de La Financière de l'Echiquier. Además de los productos ya mencionados, también existen alternativas como los fondos de inversión a los que se les puede sacar más partido a cambio de más riesgo. También los hay de corte conservador, más parecidos a los depósitos, como son los fondos monetarios a cambio de sacrificar rentabilidad.  

Algo en lo que coinciden la mayoría de expertos es que esta generación está pagando los platos rotos de sus predecesores. "Cuando hablamos de las generaciones más jóvenes, y en particular los millennials, su visión de la cultura del ahorro, y de su relación con las finanzas, es importante recordar que se trata de una generación que ha tenido que navegar por el panorama económico más difícil de cualquier generación desde la Gran Depresión. La crisis financiera ha definido su mundo y moldeado sus expectativas. Están más endeudados y con menos ingresos que sus padres", arguyen desde CFA Society Spain.