Fondos

¿Por qué la renta fija es un activo tan difícil de gestionar?

  • Muchos inversores buscan seguridad en la deuda, pero también tiene riesgos
  • Los fondos de renta fija se han convertido en los mayores captadores de flujos
Imagen: Istock Photo.

Ángel Alonso

Muchos inversores siguen considerando que la renta fija es un activo con un nombre inalterable. Pero olvidan que fija no deja de ser un apellido que solo sirve para distinguirla de lo que entendemos habitualmente por renta variable y los movimientos de las bolsas.

Y esta falta de percepción sobre el riesgo que implica también invertir en deuda sigue llevando a los inversores conservadores a decantarse por esta clase de activos en momentos de incertidumbre en el mercado, como el actual.  

Durante este primer semestre de 2019 se ha podido comprobar de nuevo, después de la sacudida que supuso el año pasado en la rentabilidad de las carteras. Los fondos de renta fija se han convertido en los mayores captadores de flujos netos de dinero, tanto en Europa como en España. En el continente, los fondos de renta fija global acumulaban hasta abril 29.000 millones de euros y los de renta fija europea 17.411 millones, según los últimos datos de Morningstar, mientras que en nuestro país los fondos de renta fija a corto plazo y los monetarios son dos de las categorías que más suscripciones netas han acaparado, con 3.701 millones de euros en conjunto, según los datos de mayo de Inverco.

Fondos de firmas como Pimco y M&G, grandes nombres en la gestión de la renta fija, se han vuelto a beneficiar del regreso de los inversores, en un momento en que bancos centrales como la Fed o el BCE están dejando claro que seguirán dopando al mercado para despejar las dudas sobre el retroceso del crecimiento, en el final del ciclo expansivo en Estados Unidos. Estos mensajes podrían dar un último arreón a las bolsas y volver a lanzar señales de humo para el regreso de los inversores a la renta variable, ante la expectativa de rentabilidad que se puede generar. 

La nueva regulación para el sector financiero ha creado bancos más seguros pero, al reducir la liquidez, también ha generado mercados de renta fija más volátiles

Los inversores se encontrarían entonces con el dilema de seguir invertidos en activos que consideran seguros pero que ofrecerían menor rendimiento o volver a cambiar de perfil para arañar más rentabilidad. Pero estos movimientos de dinero influyen más de lo que piensan en las carteras de los fondos de renta fija, al igual que el nuevo entorno económico y regulatorio ha transformado también la forma de gestionar una cartera con activos de deuda, obligando a ser más flexibles a sus responsables.  

"La nueva regulación para el sector financiero ha creado bancos más seguros, pero también mercados de renta fija más volátiles. En lo referente a la seguridad de los bancos, su consumo de capital -contrapartida natural en los mercados de renta fija- por los bonos en cartera propia es mucho más alto. Para consumir menos capital, tienen menos bonos en cartera. Y la consecuencia de esto es que cuando los inversores finales venden bonos al mismo tiempo, hay menos liquidez para adquirirlos, lo que da mucha más volatilidad a los mercados de renta fija", explica Gregorio Oyaga, responsable de renta fija en Credit Suisse Gestión. Este movimiento también se produce en sentido contrario, solo que los bancos no tienen suficientes bonos en cartera para satisfacer la demanda, aunque "evidentemente este movimiento siempre es más agresivo a la baja", subraya.  

Cambio estructural

Este cambio estructural del mercado de renta fija ha desplazado de lugar de residencia al riesgo, que antes de la crisis financiera descansaba en el balance de los bancos pero que ahora se encuentra en los fondos de inversión. "Y el comportamiento de los inversores en uno u otro lado puede ser muy diferente", advierte Diego Fernández, director general de inversiones de A&G Banca Privada. Este cambio trastoca el concepto de riesgo en activos de deuda que tradicionalmente tenían los partícipes. "Pocos inversores conocen realmente el riesgo que implica invertir en un fondo de renta fija y es difícil ser conscientes de la poca liquidez de algunos activos si no has operado con ellos con cierta frecuencia y te has dado cuenta de que no solamente es cuestión de precio, que lo es, sino que, en determinados nichos de la renta fija a veces, simplemente, no hay compradores o vendedores al otro lado. Malvender siempre es malo, pero no poder vender necesitando hacerlo, podría ser peor", asegura Fernández.  

Mantener la filosofía de inversión y capear los miedos de los partícipes se ha convertido en uno de los factores que deben atender los gestores de renta fija

De ahí que las entradas y salidas de dinero de los inversores en función de los movimientos del mercado mermen las posibilidades de revalorización y obliguen a los gestores de este tipo de fondos a contar con un colchón de liquidez más allá de lo que en algunos casos podrían estimar oportuno. Además, "estos movimientos se suelen producir en base a movimientos pasados y no por la rentabilidad del fondo. Es decir, cuando el fondo ha sufrido caídas y el partícipe ve rentabilidades negativas suele reaccionar con miedo y vende. Lo que no ve es que la rentabilidad interna del fondo es muy alta en ese momento y el partícipe que vende materializa las pérdidas potenciales y pierde toda recuperación posterior", apunta Ascensión Gómez, responsable de renta fija en Trea AM. "Al fondo le afectan estos movimientos porque hay que vender activos en el peor momento. Al contrario, cuando la rentabilidad del fondo es alta, suelen producirse entradas de dinero. Pero si el fondo ha subido es porque las rentabilidades están bajas y en ese momento es difícil encontrar oportunidades de compra interesantes", subraya la gestora, quien asegura no modificar su visión estratégica a pesar de los flujos de los inversores.  

Mantener la filosofía de inversión y capear los miedos de los inversores se ha convertido en uno de los factores que deben atender los gestores de renta fija, sobre todo en aquellas firmas que cuentan con mayor volumen de clientes volubles. Armando López, responsable de renta fija de Santander AM, explica que la cartera de los fondos de deuda debe ser capaz de afrontar la retirada de partícipes con un colchón de liquidez, bien en tesorería bien en activos de mucha contraprestación, para no verse obligados a realizar ventas forzadas. "La norma es vender aquellos activos que menos valor aporten a la cartera", señala, aunque "el problema se presenta cuando los flujos están muy fuera de lo que sería normal, pero preferimos asumir un coste de liquidez adicional antes que cambiar nuestra estrategia". Por el contrario, Rafael Valera, socio de Buy & Hold, asegura que prefieren estar totalmente invertidos, salvo que observen una "clarísima" crisis de crédito. "El día que el volumen patrimonial sea un problema para construir la cartera, pondremos comisiones de suscripción", señala.  

El riesgo de iliquidez se está infravalorando, advierten los expertos

Aunque en los activos con mayor liquidez no se encuentran muchas dificultades a la hora de deshacer una posición, la vuelta de los bancos centrales a las políticas monetarias expansivas diluye la percepción de riesgo que asumen los inversores conservadores, que piensan en la renta fija como un bloque de hielo que siempre se conserva en estado sólido. "Llevamos tanto tiempo sin una situación de estrés de liquidez real, que se está infravalorando. Mi escenario principal no es que se vaya a producir en el corto plazo, porque los bancos centrales van a seguir inundando el mundo de liquidez, pero siendo el riesgo cada vez mayor, lo que más me preocupa es que la recompensa por asumir ese riesgo es cada vez menor", asegura Fernández.  

"En el actual contexto de mercado, con los tipos de interés a corto plazo y gran parte de la deuda soberana europea en rentabilidad negativa y los diferenciales de crédito en mínimos es difícil encontrar ideas de alta convicción en renta fija, por lo que las entradas de dinero tienden a diluir la rentabilidad de las carteras", apunta Emilio Ortiz, director de inversiones de Mutuactivos, quien prefiere mantener el dinero en liquidez "antes que hacer inversiones que no alcanzan nuestros estándares".