Firmas

La pre-verdad parlamentaria

    Pedro Sánchez, presidente del Gobierno

    J. R. Pin Arboledas

    Lo legal no es siempre legítimo. Los partidos dicen que los problemas ahora son políticos y en política cuando las circunstancias cambian, la solución es comprobar cómo han influido en la percepción del electorado. La "moción de censura" que llevó a Pedro Sánchez al Palacio de la Moncloa fue legal. Pero los que la apoyaban trasmitieron que lo importante era sacar a Mariano Rajoy de la Presidencia de Gobierno, no tanto aupar al actual inquilino de Moncloa; un paso previo para convocar elecciones. Por lo que la situación actual del Gobierno siendo legal tiene su legitimidad cuestionable.

    En su libro Post-verdad/Verdad dice Lee McIntyre, profesor de Harvard, que la post-verdad se combate con la pre-verdad y ésta se debe basar en hechos.

    La pre-verdad parlamentaria es que con la minoría que tiene el PSOE en el Congreso es casi imposible gobernar sin una coalición estable. Máxime si su posición en el Senado es tan débil que el principal partido de la oposición tiene mayoría absoluta en él. Esta cámara de segunda lectura no es definitiva, pero es necesario que haya una cierta armonía entre las instituciones.

    La "geometría variable" que se utilizó en alguna ocasión para sacar adelante una legislatura, mediante la negociación con unos y otros, no es posible en esta situación. La oposición actual no permite pensar en utilizar esta técnica parlamentaria. Además, cualquier acuerdo del grupo socialista con PP o Ciudadanos sin contar con Podemos o los separatistas sería visto como una traición al pacto que dio lugar a la censura.

    La única forma de salir del atolladero político actual es convocar unas elecciones que comprobarían si la moción de censura se basaba en los deseos de la ciudadanía o sólo fue una maniobra de los pasillos del Congreso. Probablemente, según las encuestas, después de estas elecciones las coaliciones naturales serían entre socialistas, populares y ciudadanos en diferentes combinaciones de dos en dos con un planteamiento distinto al actual. Si, por contra, después de las elecciones, la solución fuera la coalición parlamentaria como la que sustentó la moción se habría legitimado lo que ahora intenta el presidente Sánchez.

    Cuando falta legitimidad, aunque exista legalidad, la inestabilidad es muy elevada y eso influye no sólo en política. La economía requiere certidumbres para disminuir la sensación del riesgo para favorecer la inversión, el consumo y el crecimiento. En estos momentos con incertidumbres económicas, como las dudas sobre el mercado internacional, la variación del tipo de interés por parte de los bancos centrales y el precio de la energía... la inestabilidad política es negativa. La pre-verdad fáctica es que 84 diputados son una minoría exigua por mucha post-verdad de estabilidad que venda el Gobierno.