Firmas

Las criptomonedas y el sistema monetario


    Eugenio M. Recio

    En una reciente entrevista al Nobel de Economía 2007, Eric Maskin, publicada en un periódico español, se afirma que "las monedas privadas (como el bitcoin) interfieren con la política monetaria oficial, por lo que deberían regularse estrictamente".

    Me ha sorprendido gratamente esta afirmación porque como economista echo de menos que en las numerosas referencias que continuamente están haciendo los medios de comunicación sobre las criptomonedas o monedas digitales (ICO, por sus siglas en inglés) y, de un modo especial sobre el bitcoin, apenas se mencionan las consecuencias que pueden tener en el funcionamiento del sistema monetario vigente, si no se regulan como ha propuesto el profesor de Princeton en la entrevista mencionada que tuvo lugar en su visita a España para ser investido Doctor honoris causa por la Universidad Carlos III de Madrid.

    Conviene recordar la importancia que tuvieron en la Historia de la Economía las reglas establecidas en el siglo pasado en los acuerdos de la Unión Monetaria cuando se abandonó el llamado patrón oro y se estableció que sólo existiera una moneda, emitida y controlada oficialmente por el Banco Central de cada país, para financiar las transacciones de los bienes y servicios producidos por la economía real. Para el buen funcionamiento en una economía de libre mercado de los bienes y servicios que necesitan los ciudadanos, se requiere que el volumen de las unidades monetarias legales: monedas metálicas, dinero de papel (billetes) y dinero crediticio, lo que en la Teoría Circulatoria se llama el circuito monetario, se corresponda con el volumen de los bienes y servicios disponibles, es decir: con "el circuito real".

    El abandono del patrón oro supuso un cambio substancial en el sistema monetario en cuanto se privaba a las monedas que se ponían en circulación de la posibilidad de demostrar su valor por el cambio con un metal al que se atribuía un valor en sí. A partir del momento en que se desligó la emisión de moneda metálica o de papel del condicionamiento de esa base metálica, el valor de los billetes o de las monedas quedaba garantizado legalmente por el Banco emisor, que en teoría lo tenía que relacionar con el "circuito real" y que, en cualquier caso, tendrían un valor legal, que obligatoriamente habría de ser admitido en cualquier tipo de transacción. El llamado dinero crediticio, aunque no lo emita directamente el Banco Central está regulado de forma que por su dependencia indirecta de los dos tipos de moneda legal, no deba correr el riesgo de ocasionar el desequilibrio de los circuitos real y monetario del sistema económico. Esto no ocurre, en principio, con lo que podemos considerar el nuevo tipo de monedas que han puesto en circulación las nuevas tecnologías y que se añadiría, dentro del sistema monetario, en cuarto lugar a la moneda metálica, a los billetes y al dinero crediticio. Sin embargo, este nuevo tipo de moneda, es decir, las criptomonedas y concretamente el bitcoin, como la más representativa, no tienen ningún valor en sí como afirma el Profesor Maskin en la entrevista referida, "el valor fundamental de un bitcoin es cero. Si tienes un bitcoin y no pudieras venderlo no valdría nada para ti. Su único valor proviene de que otra gente quiera aceptarlo". Estas monedas tienen, por tanto, en su situación actual una naturaleza muy distinta del dinero legal, lo cual no implica que no se puedan encontrar vendedores de bienes y servicios que las acepten como pago a sus transacciones, entre otros motivos por las expectativas del aumento de su cotización, como de hecho está ocurriendo. Sus emisiones, por tanto, pueden aumentar el circuito monetario, creando desequilibrios en la economía real como ocurriría con el dinero crediticio, si al regularse no se hubieran dado a la autoridad monetaria instrumentos para controlar la expansión del crédito. Esta es la razón por la que diversos autores, y concretamente el Premio Nobel entrevistado, exigen que haya una regulación por el sector público para que pueda integrarse en el sistema monetario vigente, lo mismo que ocurre con la actividad crediticia que puede aumentar temporalmente el circuito monetario, por la iniciativa privada. Al estar sometido a una regulación pública no puede dañar la subordinación y la razón de ser de la economía monetaria en el contexto del sistema económico vigente. Francia y Alemania pidieron que se tratara este tema en la Cumbre de los 20, que se celebró los días 19 y 20 de marzo en Buenos Aires y la Comisión Europa incluyó también este tema en su agenda.