Un debate adecuado sobre pensiones
Julio Fernández García
Después de haber visto con gran expectación el Monográfico de Pensiones celebrado el miércoles 14 de marzo en el Congreso de los Diputados permítanme compartir con ustedes esta tribuna.
La intervención de nuestro presidente, Mariano Rajoy, fue clara, concreta y concisa; detallando no solo el funcionamiento sino la situación actual tanto de la Seguridad Social como de nuestro Sistema Público de Pensiones, dando todos los argumentos necesarios que provocan la inviabilidad de poder atender las demandas relacionadas con la revaloración de las pensiones indexadas al IPC así como la derogación de las reformas efectuadas en los años 2011 y 2013. Y, por último, brindándose a atender cualquier propuesta vertida por sus colegas de la cámara que provoque el debate correspondiente en el escenario adecuado, Pacto de Toledo, con el fin de avanzar en el afianzamiento del actual sistema de reparto.
No obstante, mi enhorabuena, no es debida a la estructura y el detalle de su exposición, dado que entiendo es la obligación de cualquier presidente del Gobierno, sino porque hemos superado la hermética barrera de la comunicación. Esto conlleva a que el debate en el Congreso de los Diputados ayude a que todos los ciudadanos tengamos conocimiento del funcionamiento y la situación actual de nuestro Sistema Público de Pensiones.
Y es por ello que la réplica por parte de las demás organizaciones políticas, las cuales durante las semanas anteriores a la celebración del citado monográfico exigían reformas, brilló por su ausencia, dado que carecían de argumentos lógicos, soportables y constructibles por la propia esclavitud de la esencia del sistema.
La principal preocupación actual parte de que la población española se enfrenta a un progresivo repunte de la población jubilada, herencia del baby boom de los años 60 y 70, que además cuenta con pensiones más altas. Esto significa que el problema de la solvencia del Sistema, que era apremiante, se ha trasladado a la suficiencia. Todos los ajustes planteados en las últimas reformas se realizan centrándose en el gasto, lo que significa que son las futuras pensiones las que están en peligro, en términos de suficiencia, y no tanto las actuales. Por ejemplo, la tasa de sustitución se hundirá del 80% en 2018 al 55% en 2055.
La opción alternativa es dotar de más recursos a la Seguridad Social, vía incremento de las cotizaciones, profundizando en la separación de fuentes de financiación o realizando transferencias del Estado para elevar sus ingresos. Es de vital importancia seguir traspasando la barrera de la comunicación y trasladar a la sociedad que ninguna solución es gratuita y por lo tanto incrementaría de manera considerable la presión fiscal.
Será entonces el momento de replantearse qué solidaridad intergeneracional queremos en nuestro país, ya que los hijos y/o nietos queremos pensiones dignas para nuestros padres y/o abuelos, pero nuestros padres y/o abuelos también quieren pensiones dignas para sus hijos y/o nietos en un futuro. Para ello, deberíamos seguir manteniendo este buen hacer y que se siga apostando por trasladar la información a la sociedad, tanto de la situación actual como de las diferentes alternativas desde la perspectiva de claridad y transparencia.
Por último, aprovecho la oportunidad para trasladar mi más sincero agradecimiento a todos los jubilados, ya que ellos son los responsables de que hoy toda la sociedad sea conocedora del funcionamiento de nuestro sistema público de pensiones. Enhorabuena, presidente.