Firmas
Empieza el espectáculo
Mariano Guindal
Hay que reconocer un talento especial de los catalanes para hacer teatro. Lo llevan en la sangre. Así lo acreditan grupos como Comediants, Tricicle, Dagoll Dagom o Els Joglars. Auténticos genios en la interpretación de comedias absurdas. Por tanto, no es extraño que todo el proceso independentista se parezca más a una astracanada que a una sublevación. Es un gran enredo y para disfrutar de él tenemos que pagar un precio.
Cuando los tribunales encarcelaron a sus protagonistas, éstos se sorprendieron: "¡Oiga, que no es para tanto!", según han explicado al juez todo era como una broma... Y lo tremendo del caso es que es cierto, ya que nunca se plantearon en serio construir una República Catalana. Tal vez la CUP sí, ¿pero y el resto? El resto no. Lo que querían era llenar la cesta de peces.
El caso es que ahora, como en la película de Bob Fosse All that jazz (1979), todo está preparado: focos, escenario, atrezzo, conspiraciones entre bambalinas, coreografía... Está avisada la prensa y el público espera a que el director de escena, Roger Torrent, diga: "¡Empieza el espectáculo!" y en ese momento el protagonista Carles Puigdemont entrará en escena, o no entrará (¡Dios sabe, para eso estamos en el teatro del absurdo!), y dirá: "Ja sóc aquí!". Lloros, abrazos, crujir de dientes. La policía sin saber qué hacer: "¿Le detenemos, mi sargento?"; "Déjalo estar, Jiménez, que se va a montar parda".
Por eso, lo que molesta al independentismo no es el 155, sino que Ciudadanos saque a relucir lo de Tabarnia. Ver al heroico actor Albert Boadella interpretando a Josep Tarradellas (quien si levantase la cabeza se volvería a morir) diciendo "No sóc aquí!" les huele a cuerno quemado. No hay peor astilla que la que sale del propio tronco.
¿Y si Puigdemont no viene? No pasaría nada: le harían eurodiputado y a vivir. Además, ya estará escribiendo sus memorias para una importante editorial que le pagará lo suficiente para vivir del cuento al tiempo que da conferencias y charlas en universidades. Incluso se podría hacer una película que vendría a ser un remake de la divertida comedia de Steven Spielberg Atrápame si puedes (2004), aunque Puigdemont no es Leonardo DiCaprio a pesar de su último corte de pelo.