Firmas
Montesquieu no ha muerto
J. R. Pin Arboledas
Montesquieu y su obra El espíritu de las leyes no han muerto en España. Asociaciones de jueces y abogados lo recuerdan. Según el filósofo y jurista francés el poder legislativo hace las leyes, el poder ejecutivo ejecuta dentro de ellas y el poder judicial las interpreta y aplica en los tribunales; debiendo cada poder ser independiente de los demás.
Cuando hicimos la Constitución era una de las condiciones para que fuera homologada con las democracias occidentales. Así que, hoy en día, en España el juez decide bajo su propia responsabilidad interpretando las leyes sin que nadie de los otros poderes pueda impedirlo, cambiarlo o reconducirlo. Es la Constitución que se aprobó en 1978 y que, entre otras cosas, permitió la entrada de España en la Unión Europea.
Eso no quiere decir que las leyes sean inmutables, el legislativo las puede modificar y anular. Por ello las apelaciones a Rajoy para que interceda por cualquier preso son un anacronismo antidemocrático. Tampoco se puede apelar a la presidenta del Congreso, como se ha pedido en el caso del exGovern.
El Gobierno tiene capacidad de indulto, pero sólo cuando los jueces han dictado sentencia porque es el perdón de la pena derivada de un delito. El Gobierno español lo ha utilizado y lo podría hacer ahora, pero habría que esperar a que hubiera sentencia y que las leyes que regulan el indulto lo permitieran, porque no se puede utilizar, por ejemplo, para delitos de traición y contra la seguridad del Estado cometidos por el presidente del Gobierno o ministros (art. 102 de la Constitución).
Tampoco el legislativo puede anular una sentencia, pero con una ley de amnistía puede anular la existencia de delitos con anterioridad a su promulgación. Se promulgó una en la Transición y se podría hacer también ahora. Pero bajo la circunstancia de que unos y otros querían construir un futuro común por el bien de las generaciones futuras ¿Estamos en las mismas circunstancias?