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¿Machismo salarial?

  • Hay malos indicadores que alimentan cualquier posición apriorística
<i>Foto: Archivo</i>

Joaquín Leguina

Un viejo y prestigioso estadístico, Antonio Azorín, dejó por escrito una norma que debería regir en la cabeza de cualquier estadístico: "Conceptos ambiguos siempre dan lugar a medidas incorrectas" y eso es lo que les ocurra a "conceptos" tan ambiguos como "umbral de pobreza" o "brecha salarial de género (BSG)".

Del primero ya he escrito en estas páginas acerca de su carga ideológica y de su inutilidad estadística. Hoy me ocuparé del segundo. ¿Qué significa esa BSG? ¿Que los salarios de las mujeres son, de media, menores que los de los hombres? Pues sí.

Según Eurostat, en 2014 esa brecha era del 16,7% a favor de los varones (en España 14,9%). Eurostat define la BSG como la diferencia entre el salario bruto por hora de los varones y el de las mujeres, pero este indicador no refleja la diferencia salarial entre trabajos de igual valor. En otras palabras, este indicador no sirve para demostrar ninguna discriminación anti-femenina o, dicho de otra forma, no demuestra que sea estadísticamente significativa la actitud machista que se puede resumir en la siguiente frase: "Te pago menos sólo porque eres mujer".

En efecto, en las diferencias salariales influyen infinitamente más que el género otras variables, como las interrupciones en las carreras profesionales, el mayor o menor aprecio por la progresión en la línea de mando o, simplemente, la menor presencia de las mujeres en los estudios de ingeniería, que son las especializaciones mejor pagadas. En la UE, sólo una de cada cinco titulados en ingeniería es mujer, cifra chocante si se tiene en cuenta que las mujeres obtienen mejores calificaciones académicas en el bachillerato y, desde luego, esas notables diferencias en la elección profesional nada tienen que ver con cualquier discriminación machista.

Lo peor de estos malos indicadores es que alimentan cualquier posición apriorística de carácter ideológico, como lo es en este caso la del feminismo radical.