Presupuestos a todo o nada
Francisco de la Torre Díaz
La votación del pasado jueves, en el Congreso, sobre los presupuestos se resolvió tras tres empates. Ha sido la votación más apretada en mucho tiempo, y además sobre una cuestión decisiva: si el Estado iba a tener presupuestos este año, o, por el contrario, volvíamos a la inestabilidad política. Este primer debate presupuestario se denomina de totalidad, y esta vez el calificativo viene como anillo al dedo.
Sólo el Gobierno tiene la iniciativa y la competencia legal para elaborar los presupuestos. Esto no sólo es así porque lo disponga el artículo 134 de la Constitución, y eso ya es una razón de peso. Es que, además, sólo el Gobierno tiene la capacidad para elaborar unos presupuestos. Por mucho que se empeñen Podemos, o incluso el nuevo PSOE que cada vez se parece más a Podemos, los grupos políticos no tenemos la capacidad de sustituir a miles de funcionarios en su tarea de elaborar los presupuestos.
Por otra parte, estamos ya en mayo, y en tramitar unos presupuestos se tardan varios meses. Esto quiere decir que si el pasado jueves se hubiesen rechazado los presupuestos, no hubiésemos tenido presupuestos en 2017, y la prórroga de los de 2016 se hubiese extendido, como poco hasta 2018. Lo peor de todo es que no estamos hablando de una prórroga presupuestaria cualquiera, sino de prorrogar, no se sabe por cuánto tiempo, unos presupuestos, los de 2016, que eran y son, una auténtica chapuza. Las cuentas que elaboró el PP para 2016 eran un desastre, simplemente porque preveían unos ingresos de fantasía. Como avisamos reiteradamente desde el equipo económico de Ciudadanos, cuando se elaboraron, y después en su ejecución, los ingresos por IRPF, cotizaciones de Seguridad Social y especialmente impuesto de Sociedades estaban sobreestimados en más de 25.000 millones de euros. Esto hizo que incumpliésemos el déficit en 2016, y además que el Gobierno del PP tuviese que aprobar medidas de emergencia: recortes y subidas de impuestos.
Éstas son las cuentas que tendrían que seguir prorrogadas: unas cuentas fracasadas y llenas de parches denominados "cierre contable", "acuerdos de no disponibilidad", "adelanto de pagos fraccionados"... La prórroga de estos presupuestos sería un fracaso, y en Ciudadanos creemos que el fracaso nunca es una opción. Por eso, no sólo reclamamos del Gobierno la elaboración de unos presupuestos, que España necesitaba hace bastantes meses, sino también hemos hecho posible que las cuentas empiecen a virar en la dirección adecuada. Para nosotros, el punto de partida es cambiar la forma de financiación de los presupuestos: acabar con los recortes indiscriminados en educación y sanidad, que no quieren los ciudadanos, y acabar, también con las subidas de impuestos. Por el contrario, debemos recortar en gasto superfluo y duplicidades, y, además, luchar más y mejor contra el fraude fiscal y la corrupción, que suponen un lastre intolerable para los españoles. Estos presupuestos no traen ninguna subida de impuestos, e incluso, se anulan las subidas de impuestos ya previstas, las de bebidas azucaradas e impuestos eufemísticamente denominados "medioambientales", que ya no están en la previsión de ingresos de los presupuestos. Incluso, se reduce el tipo de IVA aplicable a los espectáculos en directo, es decir, teatro, danza y música. Además, no hay recortes en el presupuesto estatal en educación y sanidad, que aumenta. Por otra parte, las Comunidades Autónomas también ven elevada su financiación en 5.563 millones de euros adicionales, de los que no dispondrían si no hubiese presupuestos. Los presupuestos de la CCAA destinan 3/4 de su gasto a sanidad, educación y servicios sociales.
Por otra parte, se inicia un programa de revisión de eficiencia del gasto de todo el sector público, que dirigirá la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AiREF). Esto permitirá según los cálculos del gobierno enviados a Bruselas reducir el gasto en 800 millones de euros, un buen primer paso. Por otra parte, también se terminan con años de recorte en la lucha contra el fraude.
Los sucesivos gobiernos del PP y el PSOE, que señalaban sin descanso que la Agencia Tributaria y la Justicia, por supuesto, eran claves en la lucha contra la corrupción, lo único que hicieron desde 2008 fue reducir sus recursos. Estos presupuestos, por el contrario, y gracias al acuerdo con Ciudadanos incrementan los recursos de la Agencia Tributaria en 100 millones de euros, invierten otros tantos en el nuevo plan de modernización de la Justica e incrementan los recursos del Servicio Ejecutivo de Prevención del Blanqueo de Capitales. Esto suponen buenas noticias en la lucha contra la corrupción y el fraude fiscal. Creemos que negociar es mucho más eficaz y provechoso para los ciudadanos que darse paseos en autobus.
En fin, todo esto: la estabilidad política y económica, 4.087 millones en políticas naranjas para recuperar la clase media y trabajadora y apostar por la economía del futuro, la financiación de las Comunidades Autónomas o incluso el futuro personal de muchos opositores que no verían convocadas sus oposiciones, y tantas otras cosas estuvieron el jueves en el aire, por un solo voto, pero finalmente, las enmiendas a la totalidad fueron rechazadas.
Gracias al acuerdo del PP con Ciudadanos, España dispondrá de unas buenas cuentas. Como le recordé al ministro Montoro desde la tribuna del Congreso, en el caso del grupo Ciudadanos lo hicimos no por precio, sino por convicción, y con la satisfacción de contribuir a hacer posible lo que España necesita: estabilidad y reformas.