Adiós, meritocracia
- La conversión de interinos en funcionarios sólo beneficia al bipartidismo
Ana Samboal
Ninguna de las decisiones que tomamos es inocua. Bien porque un solo gesto puede provocar un profundo cambio estructural, bien porque aunque leve desencadena, un sinfín de pequeños giros.
Es a la luz de esos posibles efectos futuros a la que deberíamos mirar en la última decisión de Administraciones Públicas: la conversión en funcionarios de pleno derecho de miles de interinos. Gobierno y comunidades autónomas, PP y PSOE, porque aquí parece haber pleno acuerdo, han decidido que es la medida más adecuada para rebajar la temporalidad de los trabajadores de la administración pública. Había que cumplir un mandato europeo.
¿Lo es? No, las opciones son múltiples, pero esta es la que más conviene al bipartidismo. Con ella se acabaron las mareas blancas, verdes y de todos los colores. Y con su ocaso desaparece también uno de los puntales de acción callejera de Podemos. Sin interinos protestando porque les han dejado sin plaza en colegios y hospitales decaerá bastante el ambiente de sus manifas.
Pero nuestros gobernantes han comprado paz social a costa de la meritocracia: un interino, que ocupa una plaza temporal porque no ha obtenido la calificación adecuada en una oposición, siempre tendrá preferencia sobre el alumno de sobresaliente. La antigüedad (y la capacidad de hacer ruido) pesan más en la nota que los conocimientos. Y es que los chavales que acaban la universidad, por brillantes que sean, no están tan bien organizados a la hora de organizar una protesta.
El opositor que no supera la nota de corte seguirá opositando con resignación, y si no hay plaza en la administración, ya se buscará en otra parte la vida. La consecuencia es que no estarán los mejores en los hospitales cuidándonos cuando estemos enfermos. Tampoco serán los más excelsos maestros los que enseñen a nuestros hijos. Serán interinos que, a fuerza de protestar, que no de codos, se han ganado la plaza fija. Eso sí, ocupados en su trabajo ya no tendrán tiempo de protestar.