Firmas

Punto de ruptura


    Mariano Guindal

    Pedro Sánchez puede hacer que salte todo por los aires. Se dice que contaría con el 40 por ciento del apoyo de las bases del partido socialista. Eso significa que en un escenario con tres candidatos podría obtener más votos que Susana Díaz y que Patxi López quien parece tener dificultades para conseguir los avales necesarios.

    Si por una casualidad, y contra todo pronóstico, Sánchez resultara ganador de las primarias y fuera elegido secretario general, pondría fin a la endeble estabilidad que España consiguió tras un año de Gobierno provisional y dos elecciones. Es decir, volveríamos al "no es no" y al "contra Rajoy vivíamos mejor". El PSOE quedaría roto por la mitad. Por una parte quienes proponen una alianza con Podemos y los nacionalistas para convertir España en una Confederación de Estados; por otra los que como Díaz defienden la unidad de España y trabajan para recomponerse como un partido con visión de Estado. Esto inevitablemente llevaría a un enfrentamiento con el populismo y con el independentismo catalán.

    El riesgo de un triunfo de la presidenta andaluza es que no tenga el respaldo social suficiente para obtener buenos resultados en las elecciones generales. El éxito de Sanchez supondría que los socialistas abandonarían el centro izquierda a favor del PP y de Ciudadanos, que se consolidarían en el poder durante mucho tiempo, como pasó en Italia con la democracia cristiana.

    Ninguna de las dos fracciones parece capaz de recomponer la unidad. Tal vez una reedición del llamado Pacto del Betis, entre socialistas andaluces y vascos pueda servir. Si Patxi se retira y Susana gana, a Pedro le quedaría la opción de fundar una nueva "marea", que bien podría llamarse "Rompemos", e integrarse en el totum revolutum en que parece haberse convertido Podemos. Si esto fuese así y Sánchez no se retirase de la política en el caso de perder, como ha prometido, podría pasarle lo mismo que al protagonista de la película de Michael Curtiz Punto de ruptura (1950). Un tipo honesto, marido y padre, que recorre la vida con la honradez por bandera, se encuentra ante un serio problema económico que lo hace acercarse a oportunistas de dudosa reputación. El pobre creía que se iba a comer el mundo y el mundo le comió a él.