Firmas
ETF: demasiado bueno para ser verdad
- Podría ganar todo el mundo si no se obsesionaran con las 'retrocesiones'
Víctor Alvargonzález
En España, el ETF va a ser como el Playboy en los años sesenta: se hablaba mucho de él, pero pocos podían comprarlo.
El ETF es demasiado bueno para ser verdad. Pero me temo que en España no va a serlo. Rompe la forma en la que ganan dinero el 98% de las entidades financieras con los productos financieros. Y no sólo los bancos, sino todo el sector de servicios de inversión.
Asistía el otro día a un debate sobre si finalmente la ley permitirá la neutralidad fiscal con el fondo de inversión: que si la respuesta vinculante de Hacienda, que si la justicia, que si la equidad, etc. A mí la conversación me recordaba a la que mantuvimos un analista y yo con un jefe que tuve que ha llegado muy alto (a lo más alto) y que siempre me ha parecido muy listo. Por aquel tiempo salían a bolsa compañías públicas que el Gobierno tenía interés en privatizar. El analista ponía en duda la conveniencia de asegurar un pequeño porcentaje de la emisión, ante el riesgo de que cayera la cotización. Mi jefe lo miró y le dijo: "Eres muy joven, no entiendes lo que es el poder".
En ese primer tramo la privatización saldría bien sí o sí, porque marcaría el éxito o fracaso de las siguientes. Algo parecido ocurre con los ETF's. Mi jefe habría dicho algo como: "Es el poder, estúpido". Son tan peligrosos para el sector financiero que va a ser muy difícil que los inversores españoles lleguen a tener acceso a ellos.
ETF viene del inglés Exchange Traded Fund, que viene a significar "fondo de inversión cotizado en bolsa". Así que la primera ventaja es que, en la práctica, es como un fondo de inversión que se puede comprar y vender en cualquier momento y no solo una vez al día. También se liquida en menos tiempo. Además es mucho más barato, porque normalmente es un producto de gestión pasiva. Se limita a replicar un índice o una cesta de valores, por lo que la comisión de gestión es cinco veces menor que la de un fondo. Y como está demostrado que sólo un 10% de los fondos de inversión bate actualmente a sus índices de referencia, en general no se pierde nada por usar ETF's en lugar de fondos (hay excepciones, pero de esas hablaremos otro día).
Lo anterior explica por qué bancos, sociedades de valores, EAFI's y gestoras de patrimonio "pasan" de los ETF's. Ponen como excusa dificultades informáticas (la excusa habitual cuando algo no funciona o no interesa que funcione) cuando en realidad no se ofrecen porque retroceden poca o ninguna comisión al distribuidor (al ser la comisión muy baja). Pero lo peor es que, aunque no hubiera "problemas informáticos", habría una segunda barrera. Aquí interviene el Poder con mayúsculas. Casualmente, en la práctica el fisco los considera como acciones y no como fondos de inversión.
La verdad es que podría salir ganando todo el mundo. Si las entidades, en lugar de obsesionarse con la retrocesión de la comisión de gestión, se centraran en cobrar un corretaje por compraventa, podrían ganar tanto dinero como el que han ganado intermediando acciones durante décadas. Y en el momento que vieran una fuente de negocio ya se ocuparían de pedirle al Gobierno extender la neutralidad fiscal. Un win win donde los bancos generarían corretajes; Hacienda ganaría, porque al final Hacienda siempre gana, y el sufrido cliente tendría un producto interesante a su disposición.
La demostración palpable de que lo que digo es cierto es ver cómo se venden los ETF's en el resto del mundo. Más que el Playboy en los años sesenta. Y conviven en paz y armonía con acciones y fondos de inversión, sencillamente porque cada uno sirve para una cosa. Un fondo bien gestionado es ideal para el ahorro a largo plazo. Una acción es apostar por un modelo de negocio concreto. Un ETF es un producto ideal para invertir de forma dinámica utilizando gestión pasiva.
En España ha desaparecido la censura, pero sigue muy vigente un paternalismo interesado que decide en qué medida somos como el resto del mundo a la hora de invertir. Afortunadamente hay soluciones. Primero, y como siempre, para quien tenga mucho dinero, que suele utilizar una sociedad para realizar sus inversiones, donde el tratamiento fiscal es igual para acciones, fondos, bonos o ETF's. Así que si es usted rico, aproveche. Otra opción es olvidarse de Hacienda y pensar en lo que se ahorra uno en comisiones. La tercera sería trabajar con un proveedor que disponga de fondos índice, que no tienen la ventaja de la agilidad, pero sí la del precio. El resto, a Perpiñán, ciudad fronteriza a la que los españoles tenían que ir a ver El último tango en París.