La precariedad laboral española no es nada nuevo: Petras lo adelantó hace 20 años

El hábitat de valores, juicios, recuerdos y pautas de conducta en el que se mueve nuestra sociedad es el de un permanente presente en el que no hay memoria.

Es de uso común referirse a la precariedad actual como una consecuencia de la crisis del 2008 ocasionada por la quiebra de Lehman Brothers. Es decir se le imputa la responsabilidad a algo sobrevenido desde fuera y ajeno al Reino de España. ¿Ha sido realmente así?

Petras tenía mucha razón

En 1996 la revista Ajo Blanco publicó un estudio conocido como el Informe Petras, que hoy puede consultarse en la red. Aquel informe era el resultado de los trabajos que por encargo del Gobierno de Felipe González había elaborado el profesor norteamericano James Petras. Un informe que el CSIC abonó y guardó bajo llave hasta que la citada revista lo publicó.

¿Qué decía? El informe es la anticipación de la realidad de precariedad laboral que hoy padecemos. Asomarse a sus páginas es tener ante sí el cuadro de hoy pero descrito hace veinte años y que Petras relata refiriéndose a los millones de jóvenes trabajadores españoles que quedaban marginados del empleo estable y bien pagado... de por vida.

Petras concluía que la juventud española de entonces era la primera que iba a vivir peor que sus padres. No menos profética resulta la conclusión de una serie de estudios sobre las relaciones entre padres e hijos cuando se aborda el corte generacional con respecto al trabajo fijo, el temporal y el paro ya estructural: la generación actual está viviendo de la prosperidad de ayer de sus padres. Y todo ello en pleno desarme ideológico, cultural y lingüístico de la progresía antifranquista devenida en "europeísta" y adoradora de una "modernidad" laminadora de derechos económicos y laborales inclusos en los DDHH.

El Informe Petras merece ser leído a los veinte años de su elaboración, no sólo por su actualidad, sino también porque el método analítico que contiene nos sirve para entender mejor nuestro presente.