El interés de un gobierno de gran coalición
Ferran Brunet
El 26 de junio ha pulido los resultados del 20 de diciembre. Repunta el bipartidismo, con un PP apuntalado, un PSOE que traspasa algo a un frenado Unidos Podemos y un repliegue ligero de Ciudadanos. El populismo de extrema izquierda decae en su voracidad, aunque en una perspectiva de medio plazo se consolida, e incluso vence en Cataluña y en el País Vasco, desplazando a los separatistas.
En consecuencia, se abre la posibilidad de una coalición PP-C's acaso extendida al PSOE capaz de afrontar los problemas de España, no menores y que son específicamente político-institucionales. Ahora, como durante los largos meses de negociación para formar un gobierno tras el 20-D, la cuestión política española reside en el contraste entre la seriedad de los problemas de España, que una coalición PP-PSOE-C's podría resolver, y la nimiedad partidista y personal, contraria al acuerdo.
Hay una esperanza: el entendimiento final de la necesidad de una coalición para el Gobierno de España. Esta esperanza se fundamenta, ciertamente, en la confianza en la capacidad de los líderes para finalmente comprender la gravedad de la situación política de España. Pero también esta fe en una coalición grande y estable se basa también en dos otras circunstancias, si se quiere ajenas a la política: la economía y la Unión Europea. La economía de España ha resistido bien durante este semestre de incertidumbre política, y de gran inestabilidad en Cataluña, e incluso siguió mejorando en varios aspectos.
Esto es meritorio, y dice mucho de los buenos fundamentales de la economía española, en particular del sector empresarial y de la nueva capacidad competitiva y exportadora del país. En cambio, la economía global, y en especial la europea y la de los emergentes, aunque no sin precipitarse en una depresión deflacionaria, no remonta ni tienes visos de hacerlo. Por muchos motivos, entre ellos alguno tan geoestratégico como el voraz incendio de todo Oriente Medio.
Desde el 20-D, España gozó de un interregno. Pero la tregua cayó el pasado jueves 23 de junio, con el referéndum sobre el Brexit. Las encuestas, los gurús, las apuestas y los mercados habían descontado otro resultado. El crack bursátil del viernes 24 podría confirmarse hoy lunes 27 si los partidos constitucionalistas de España dan signos de desacuerdo en la formación de un gobierno de coalición. Ahora mismo los inversores de todo el mundo están con todos sus poderosos medios contemplando España.
Esta vez ¿se pondrán de acuerdo? ¿Vender o comprar? El riesgo español, ¿se habrá minimizado? ¿Se abrirá la vía para la resolución de la crisis político-institucional de España? Sin duda, en ello creemos y también confiamos.