El quijotismo español del ahorro
- En nuestro ADN está el ladrillo como único sinónimo de hucha
Joaquín Gómez
Los españoles siempre seremos ricos en creatividad y pobres de bolsillo. La afirmación tiene algo de desmedida, pero no es del todo incierta a tenor del Global Wealth Databook (Libro de datos sobre la riqueza global). El estudio avalado por Credit Suisse asegura que para formar parte del 1% de la población más rica hay que contar con unos 800.000 euros en activos financieros (no se suele incluir la vivienda de residencia en propiedad).
Según los últimos datos disponibles de Inverco, a cierre de 2014, el 77,7% de los españoles es dueño de su vivienda habitual, mientras que en Europa esta cifra se sitúa en el 69,9%. La facilidad de acceso al crédito durante los años previos al estallido de la burbuja inmobiliaria junto al falso mantra de que el valor del ladrillo nunca caería, solidificaron durante años a la vivienda en el principal activo de inversión de los españoles.
El hecho de destinar toda su capacidad de ahorro a este fin, en lugar de diversificar de manera equilibrada con otros activos financieros, explica que, todavía hoy, la riqueza que acumulan las familias españolas en inmobiliario sea casi cuatro veces superior a la que reúnen en depósitos, fondos, acciones, bonos o planes de pensiones.
Pongamos muchas admiraciones... ¡Una barbaridad! En nuestro ADN está el ladrillo como único sinónimo de hucha. De cada cuatro euros que ahorra el español medio, tres de ellos están invertidos o sepultados en vivienda. El dato no puede ser más preocupante y reñido con la primera lección que debería aprender todo inversor, la diversificación.
Es cierto que el activo inmobiliario ha recuperado el predicamento que había perdido, con una bolsa que desde abril del año pasado no pone punto de inflexión a una corrección, y una renta fija que parece un globo cerca de deshincharse. Pero son los productos más desconocidos por el particular (socimis, reits?) los que de verdad sirven para que el inversor construya ahorro y no hipoteque su patrimonio.