Firmas

Clientelismo, eres y paciencia

    La presidenta andaluza Susana Díaz (PSOE).

    Isabel Acosta

    La paciencia de los andaluces es infinita. Los votantes de la autonomía más castigada por el paro -con una tasa de desempleo del 34,23%, que rebasa en más de diez puntos a la media española- siguen eligiendo al partido del escándalo de los eres fraudulentos.

    Clientelismo 1 - Corrupción 0 fue el resultado del partido electoral de ayer en Andalucía. O, lo que es lo mismo, PER gana a ERE. Una vez más, los socialistas salen indemnes en tierras andaluzas de cualquier castigo electoral por una de las mayores tramas corruptas del país. No sólo eso, sino que se refuerzan y mantienen la cifra de escaños de la anterior cita electoral. Algo que equipara a Andalucía con la Galia de Astérix en el sentido de ser la única región que hace una excepción y no puede formular el quousque tandem abutere patientia nostra?

    No es que la sombra de la corrupción no se extienda por otros partidos, desgraciadamente, pero llama la atención que, una vez más, no se tope con un rechazo social y una bofetada electoral plausible, máxime cuando parte del ascenso de nuevas formaciones se basa en el hastío por el rosario de fraudes que han minado el erario público y, por ende, el bolsillo del ciudadano. Esto es algo que los nuevos actores de la escena política habrán de tener muy en cuenta para las próximas citas electorales del año, y más aún en clave nacional. Se estrecha el margen para captar el voto del descontento.

    Y en clave de elecciones generales, se reparte por igual la preocupación para todos los partidos, excepto para Ciudadanos, que en muy poco tiempo despunta en Andalucía con escaños suficientes para ser llave de Gobierno. Mientras, en el PP cala su desgaste, en el PSOE, la duda en la disyuntiva Díaz-Sánchez, y en Podemos, la rebaja del triunfalismo. Pese a su ascenso, los resultados defraudan las expectativas que tenían.