Firmas
Fin, por ahora, al bipartidismo
Juan Carlos Lozano
Creo que una de las cosas buenas que saldrá de estas elecciones (empezando por las andaluzas y siguiendo por todas las demás, que estamos ante unos cuantos meses muy cargaditos) es el fin, aunque sea temporalmente, del bipartidismo.
Entiéndaseme bien. Lo que salga de las urnas me parece correcto y respetable, que para eso votamos y por ello el voto es el pilar número uno de la democracia. Pero después de un montoncito de legislaturas siendo gobernados por la saludable alternacia en el poder entre PSOE y PP he llegado a la conclusión de que, aunque no sea el bipartidismo la causa de todos los males, es conveniente que entre aire fresco en las instituciones.
Es conveniente que ciertos vicios adquiridos, y sobre todo ciertas organizaciones parainstitucionales que puedan haberse organizado en estos años, sea por un partido o por otro, sean descubiertas por los recién llegados, que se supone que mantienen intacta su capacidad de escandalizarse.
Lo peor de estos años no ha sido sólo la crisis. En mi opinión, lo peor, con mucha diferencia, ha sido la corrupción. Pero sobre todo la aceptación resignada de los ciudadanos ante la corrupción. La falta de capacidad de escandalizarse ante casos gravísimos ante los que muchos mostraban una incomprensible comprensión.
En este terreno de juego, los golfos o simplemente aquellos que no tienen ni escrúpulos ni criterio, se adueñaron del país. Se adueñaron de las instituciones. Se adueñaron de lo que debíamos pensar. Se adueñaron de los límites éticos. Y el resultado está a la vista. Desfachatez y robo a manos llenas.
Más allá de los resultados de las urnas (y conste que no me gustaría nada un auge de Podemos, un partido que ofrece una regeneración, pero cuyas credenciales, a mi modo de ver, son sospechosas), lo mejor es que entre el aire. Que se aireen las estancias. Ya llegará luego el momento de comprobar si los partidos tienen lo que hay que tener para gobernar.