Evasión

Islas Feroe, el archipiélago europeo cuyo territorio se conecta por carreteras submarinas de más de 10 kilómetros

Túnel submarino en Islas Feroe | Alamy

Daniel Ceped

Aunque Europa es el segundo continente más pequeño solo por detrás de Oceanía, alberga una larga lista de lugares llenos de peculiaridades. Y es que más allá de los evidentes atractivos europeos, como París, Roma o Londres, hay una infinidad de territorios que son únicos en el mundo. Un gran ejemplo es Islas Feroe, un archipiélago formado por 18 islas habitadas que se encuentra a medio camino entre Islandia y Noruega.

Una de sus particularidades es que, al igual que Groenlandia, forma parte del Reino de Dinamarca. Aún así, es considerado un país independiente y desde su propio gobierno se define como "una nación autónoma con amplios poderes y responsabilidades autónomas dentro del Reino de Dinamarca". Además, no son miembros de la Unión Europea, aunque envía a dos diputados al parlamento danés. Dejando de lado su situación administrativa, las Islas Feroe son un territorio único en el mudo por su geografía.

Islas conectadas por debajo del agua

A pesar de que buena parte de las 49.300 personas que viven en Islas Feroe residen en la capital, Tórshavn, sus habitantes se reparten en 18 islas. Con una demografía irregular y un territorio lleno de montañas, la red de carreteras en este archipiélago está repleta de túneles. En la década de los 60, fueron un paso más allá y comenzaron a construir vías submarinas para conectar las islas.

Y no es para menos, ya que a pesar de que algunas de ellas están tremendamente cerca, la única opción para pasar de una isla a otra era coger un ferry que a veces no estaba disponible por culpa del viento, la lluvia o la niebla. Por eso, en las últimas décadas han construido hasta cuatro túneles por debajo del agua para conectar su territorio. De hecho, seis de las islas ya están comunicadas entre sí.

Un túnel de 11 kilómetros

El túnel más destacado conecta Streymoy, la isla más grande y hogar de la capital, con Eysturoy, el segundo terreno más grande del país y que da nombre a la carretera. En total, la carretera tiene 11 kilómetros que recorren más de 6.000 vehículos cada día en menos de 15 minutos. Se tardó en construir cuatro años, se inauguró en 2020 y alberga festivales de música conocidos internacionalmente.

Rotonda submarina | Alamy

Su punto más profundo está a unos 187 metros por debajo del nivel del mar, y todo su interior está decorado por un artista local. Por si todo esto fuera poco, la carretera incluye una rotonda que tiene forma de medusa. El precio para cruzar esta vía es de 100 coronas danesas, que vendrían a ser unos 13 euros. En total, toda la red de túneles submarinos suman algo más de 30 kilómetros y permiten conducir de forma ininterrumpida entre las islas de Vágar, Streymoy, Eysturoy, Borðoy, Viðoy y Kunoy.