Evasión

Sin duda uno de los pueblos más bonitos de la Costa Brava: con casas blancas, aguas cristalinas y una gran tradición pesquera

Calella de Palafrugell /Foto: iStock

Víctor Ruiz

En pleno agosto la gente ya ha disfrutado de sus vacaciones de verano o está en ello, pero seguro que este pueblo no se lo querrán perder. No hay duda de que es uno de los más bonitos de toda la Costa Brava y el National Geographic se ha hecho eco de ello: el rincón perfecto para visitar este agosto.

A fondo

El calor puede apretar todo lo que quiera, pero este remanso de paz se caracteriza por sus aguas cristalinas y su entorno natural auténtico junto al mar. Se trata de Calella de Palafrugell, un antiguo pueblo de pescadores que se caracteriza por sus casitas blancas adornadas de contraventanas verdes y azules que forman una estampa idílica del litoral.

En este rincón tan especial puedes pasear por sus calles estrechas y empedradas para encontrar la historia y el encanto del Mediterráneo, pero son sus calas su punto fuerte que harán que te enamores de él.

Rodeado de pinares y un entorno rocoso, estas calas que conforman buena parte de la identidad del pueblo son ideales para experimentar un momento de tranquilidad bajo el sol. Cada una tiene su propia esencia, pero todas comparten la misma agua cristalina.

Más detalles de sus playas

La más cercana al casco urbano, que abre este listado, es la playa de Port Bo. Es una de las más emblemáticas que destaca por estar junto al casco histórico con arcos que le confieren una estampa única.

Muy cerca de esta hay otras como las calas de En Calau y el Port de Malaspina, que se caracterizan por ser zonas tranquilas y bien equipadas para cumplir con la necesidad de todos los bañistas.

Si lo que se busca es un espacio en plena naturaleza, hay otras un poco más allá como la Port Pelegri, protegida por formaciones e ideal para practicar snorkel, o El Canadell con un paseo marítimo que ayuda mucho a entrar en situación.

El Golfet es una cala virgen rodeada de rocas rojizas y con aguas cristalinas, pero su acceso solo está reservado a los que quieran andar un poco.

Para aquellos que solo quieran tranquilidad, hay zonas más íntimas como la Sant Roc o Els Canyers con un encanto rústico.

Todas estas opciones son parte del Camí de Ronda: sendero de la costa Brava que regala a la vista un paseo con impresionantes acantilados.

Una experiencia coronada por la gastronomía

Sin duda una de las mejores cosas de viajar es probar cómo es su comida y en Calella de Palafrugell se llevan la palma con una de las mejores cocinas mediterráneas. Cuenta con productos frescos y pescado recién capturado. Además, hay varias terrazas junto al mar que terminarán de hacer la delicia de todos los viajeros.

No son pocas las opciones gastronómicas, ya que cuentan con una fuerte tradición en sus platos, pero también hay otras opciones más modernas que buscan innovar entre los fogones con platos que se convertirán en la guinda de este viaje.