Evasión

Nieves Álvarez: "Para mí el éxito es vivir en paz y sentirme orgullosa de quien soy"

  • "Tengo mis propias metas y no quiero pisar a nadie; solo quiero hacerlo bien"
  • "Mi objetivo es ampliar el número de farmacias en las que estoy presente en España y expandirme internacionalmente"
Nieves Álvarez, modelo, presentadora y empresaria. Fuente: Apolo/ Mario Sierra

Cecilia Moya

Hay pocas modelos españolas que hayan reinado con tanta fuerza y durante tanto tiempo como Nieves Álvarez (Madrid, 1974), quien debutó en las pasarelas con 18 años y todavía mantiene una profunda relación con un mundo que la encontró por sorpresa, pero le apasiona más cada día. A su extenso currículum delante de las cámaras, suma ahora su primera incursión empresarial en solitario: el lanzamiento de NIEVES by Nieves Álvarez, su propia línea de cosmética basada en la ciencia. El objetivo empresarial es ampliar el número de farmacias en las que está presente y, después, expandirse internacionalmente, con Emiratos como primer destino soñado fuera de casa.

La madrileña, que fue fichada por una agencia de modelos a la puerta de su colegio cuando aún era una adolescente –y su sueño era entonces ser periodista–, ha considerado siempre el cuidado de la piel como parte fundamental de su profesión, porque es su lienzo, su luz y la base de todo. Las innumerables visitas al dermatólogo a lo largo de su carrera la han ayudado a conocer lo que necesita, y defiende con firmeza que no hay mejores prescriptores que los farmacéuticos. Este fue el germen de su negocio, y nos lo cuenta con detalle en esta charla.

A la empresaria la avalan tres décadas de exitosa relación con el sector de moda y la belleza: ha desfilado para marcas de alta costura como Christian Dior, Hermès o Armani; ha sido musa durante más de una década de Yves Saint Laurent y ha sido portada de las revistas internacionales más importantes. Vivir toda esta experiencia de manera tan temprana ha hecho de ella una mujer serena, que transmite seguridad en cada gesto y palabra. Pero también es intensa y nada dispersa, ya que su compromiso con todo aquello que hace la hace parecer mucho más "alemana" que española, según su propia descripción. No le gusta perder el tiempo, porque con los años ha entendido que es lo más poderoso que tenemos y, también, lo mejor que podemos regalar. Por eso, identifica rápidamente lo que no le aporta y lo aparta muy lejos.

De su padre, al que llama cariñosamente Don Quijote, ha heredado el amor por la lectura. Tanto es así que si tuviera que irse a una isla desierta seguramente se llevaría una maleta repleta de libros de todos los géneros posibles: desde una extraña biografía hasta la novela más policíaca, porque todo le atrapa. En esa maleta también metería una comba, porque el cuerpo también hay que ejercitarlo para tener una mente lúcida. Y a la vuelta de ese viaje consigo misma, elegiría pasar tiempo de calidad con los suyos.

Se subió por primera vez a una pasarela a los 18 años y, desde entonces, no se ha desvinculado del mundo de la moda y la belleza. ¿Qué queda de aquella joven que desfiló por primera vez en los años 90 en la Nieves Álvarez de hoy?

Lo que queda es la ilusión, que no la he perdido; las ganas y la misma ambición por aprender y mejorar que tenía entonces. A veces, incluso, queda la inocencia. Me gusta pensar que todo puede ser, que todo se puede hacer. Creo que ahora tengo incluso más pasión que antes, porque cuando empecé, era un mundo desconocido y no sabía lo que era la moda, pero ahora la conozco y me encanta.

¿Qué sueños tenía entonces y en qué se diferencian de los actuales?

Cuando empecé a trabajar, admiraba a las más grandes, quería colaborar con los mejores y lo veía como algo inalcanzable. Ahora, mirando atrás, no me creo haber llegado hasta donde he llegado. Soy una persona soñadora, pero también realista. Siempre he sido consciente de que los sueños se construyen trabajando día a día, y el valor del trabajo lo he heredado de mis padres. Está muy bien soñar, pero los sueños hay que alcanzarlos con esfuerzo. No ambiciono lo que tienen otros ni soy envidiosa. Tengo mis propias metas y no quiero pisar a nadie; solo quiero hacerlo bien.

¿Qué aprendió en las pasarelas que haya podido aplicar en otras facetas de su vida, como empresaria o presentadora?

Creo que todo lo que he vivido, todo lo que me ha pasado de forma tan temprana, me ha dado esa serenidad para transmitir las cosas. Pero también tengo coraje y valentía para luchar por lo que quiero. Siempre he sido inteligente para encontrar el camino, y eso me ha llevado a donde estoy hoy.

De su extensa trayectoria profesional, ¿con qué momento o etapa se quedaría? ¿Qué trabajo recuerda con más cariño?

No tengo dudas: la época de Yves Saint Laurent. He vivido lo mejor de la moda con el más grande, y he aprendido del mejor. He tenido la oportunidad de vivirlo desde dentro, de trabajar con muchísimos maestros y personas que son auténticos referentes en el mundo de la moda.

Su profunda relación con el mundo de la belleza la ha llevado a crear su propia marca. Aunque no es su primera incursión empresarial, sí lo es en solitario. ¿Cómo surgió esta idea?

Surgió de mi pasión por la moda, la belleza y la salud de la piel. Cuando llegué a París con 18 años, lo primero que hizo mi agente fue enviarme a un dermatólogo. La piel es el lienzo con el que trabajamos, es la luz que proyectamos. Me daba cuenta de que, cuando tenía una piel bonita y sana, la seguridad con la que me ponía frente a una cámara era muy distinta. Eso también lo he observado en mis hijos, cuando en la adolescencia sufrieron brotes de acné y caminaban mirando al suelo.

Durante estos años me he interesado mucho por el sector y he estado en manos de los mejores dermatólogos. Entonces, en vez de colaborar con otras marcas como imagen, me planteé lanzar la mía propia. Es un mundo difícil y muy competitivo; hay que enfrentarse a grandes firmas, pero quise crear mi propia línea con una startup formada por un pequeño equipo de mujeres que me está dando muchas alegrías.

Tengo un laboratorio en París, que me ayuda con la formulación, y otro en Granada. Esto es hacer realidad un sueño. Vendo los productos online, en plataformas de El Corte Inglés y en farmacias. Estoy intentando que mis fórmulas cuenten con un aval farmacéutico, ya que, para mí, los farmacéuticos son los mejores prescriptores.

El uso de ingredientes como la flor de edelweiss refleja una apuesta por lo natural dentro de NIEVES. ¿Qué la llevó a decantarse por esta vía?

La flor de edelweiss es también la flor de las nieves. Es un activo menos marketiniano que otros más conocidos, pero tiene el doble de poder antioxidante que la vitamina C, además de un gran poder antibacteriano y de aportar luminosidad. También utilizo bakuchiol, que es la alternativa natural al retinol. Yo tengo la piel muy sensible y he intentado crear una línea apta para todo tipo de pieles. Por eso, no utilizo activos que puedan provocar rojeces o molestias. Ese es el hilo conductor de mi línea de cuidado facial: suavidad, eficacia y tolerancia. No necesitamos muchos productos en nuestra rutina, pero sí que sean efectivos. En las cremas no hay magia; la magia está en nuestras manos y en la constancia del día a día.

Ha mencionado varias veces la figura del dermatólogo. ¿Es su objetivo que los productos de su firma lleguen a ser utilizados por profesionales médicos?

Sí, y de hecho, ya hay dermatólogos que los utilizan. Cuando empecé este proyecto, una de las primeras personas a las que pedí consejo fue a mi dermatólogo en Madrid. Hay que tener en cuenta que la piel cambia con los años. Cuando tuve hijos, sufrí manchas hormonales, y desde entonces me realizo un tratamiento láser una vez al año, me cuido mucho del sol, etc.

Me encantaba ir a la farmacia a comprar las fórmulas magistrales que él preparaba específicamente para mi piel. En mi línea he cuidado mucho que la combinación de activos sea la justa y necesaria para lograr resultados. Además, hoy en día, el consumidor está mucho más informado. Antes se compraba lo que te recomendaban sin más; ahora se investiga y se compara.

Si tuviera que elegir un solo producto de su firma, ¿con cuál se quedaría?

Es una pregunta dificilísima, pero creo que me quedaría con el peeling enzimático. Me encanta, es súper suave, y me apasiona tener la piel limpia. Pero, siendo sincera, no podría elegir solo uno. Lo importante es aprender a escuchar la piel. Yo actúo en función de cómo la siento cada día. Antes de lanzar cualquier producto, lo pruebo durante semanas, y siempre soy muy exigente. En una de las fórmulas llegamos a la muestra número 34 y aún no me convencía. El laboratorio, ya agotado, me dijo que ya era imposible hacerlo mejor (ríe). Y es que un producto tiene que ser sensorial. Debe ser un momento de conexión con una misma, de mimo. La piel es el órgano más grande que tenemos y hay que cuidarlo, no solo en el rostro y el escote. La salud es una suma de muchas cosas: mente, cuerpo, ejercicio, alimentación. Es un equilibrio y una forma de vida.

¿Dónde le gustaría que estuviera la firma a medio y largo plazo? ¿Cuál es el objetivo empresarial?

Mi objetivo es ampliar el número de farmacias en las que estoy presente en España, poder crecer y comenzar a expandirme a otros países. Pero, sobre todo, quiero consolidarme aquí, ganar credibilidad y la confianza de mis clientas. Una de las cosas que más me agrada es que, a través de nuestra web, contamos con muchas clientas que repiten.

¿Y en qué país le gustaría iniciar la internacionalización de la firma?

Me gustaría empezar por Emiratos. Tienen una cultura del cuidado de la piel impresionante; me encanta cómo se cuidan y lo mucho que saben sobre cosmética. Me encantaría comenzar, por ejemplo, en Dubái. Y, por supuesto, en Francia, ya que la mitad de mis cosméticos se elaboran allí. A través de la web también recibimos muchos pedidos desde Italia, algo que me hace muy feliz. En general, todo lo que hago lo pienso mucho y lo hago con cabeza. Creo en el piano piano.

¿Cree que el concepto de belleza ha evolucionado de forma positiva desde que comenzó en este mundo hasta ahora?

Sí, creo que el mundo de la cosmética y la belleza ha evolucionado a mejor. Yo no creo en el concepto "antiarrugas", porque las arrugas forman parte de lo que somos. Creo que se pueden atenuar, retrasar su aparición… y eso es lo que debemos aprender: a envejecer de la mejor y más saludable manera posible. Muchas mujeres ya se dan cuenta de la importancia de cuidar la salud de la piel, más allá de la estética.

De vuelta a su pasado, también le tocó vivir una etapa muy complicada en su vida, cuando sufrió anorexia en su juventud. Un trastorno que superó y que ha servido después para ayudar a muchas personas que atraviesan lo mismo. ¿Cuál sería su mensaje de esperanza para todas ellas?

En mi caso, la enfermedad no debe asociarse a la moda. La sufrí cuando ni siquiera formaba parte de este mundo. Fue en el colegio, en la adolescencia, pero no tuvo relación con el trabajo que desempeñé después. Una vez que empecé a trabajar, y coincidió con la época de las modelos más andróginas y delgadas, alguien me preguntó por ello y decidí utilizar mi voz para decir a quienes lo están viviendo que sí hay salida. Se puede curar y no necesariamente quedan secuelas. En mi caso, además, terminé dedicándome a un mundo que parecía lo más contradictorio. De hecho, gracias a la moda encontré el sentido de mi vida, y me ayudó mucho. Es un testimonio de que sí se puede. Hay luz al final del túnel.

Con el verano ya aquí, ¿cuál es su plan ideal para disfrutar de la época más calurosa, y también divertida, del año?

Mi plan ideal es muy sencillo: tener una maleta con muchos libros, una comba para saltar, y estar con los míos. Viajo tanto durante el año que, cuando llega el verano, lo único que deseo es estar cerca de mi gente, tener tiempo para mí y disfrutar de la tranquilidad. No tengo grandes planes para estas fechas. Me encanta estar en calma.

¿Qué es el amor y qué es el éxito para Nieves Álvarez?

El amor es el motor de la vida. El amor por todo lo que nos rodea, por lo que hacemos, por la gente a la que queremos y por nosotros mismos. El éxito, en cambio, es muy personal. Puede radicar en algo tan sencillo como tener tiempo. Para mí, el éxito, en el fondo, es vivir en paz, mirarme al espejo y sentirme orgullosa de quien soy.